miércoles, diciembre 30, 2009

Tips de fin de año

A veces, lavándonos las manos,
nos ensuciamos la conciencia
Anónimo.

IDEOLOGÍA: en el mundo moderno para que un país viva mejor, no hay recetas ideológicas que valgan. En Venezuela han gobernado las 3 corrientes de pensamiento y queda demostrado que la cuestión está en el desempeño de los gobernantes. Cada quien hará el balance que considere conveniente, pero lo que nadie podrá poner en tela de juicio, es que en los 40 años anteriores a esta revolución comunista, hubo gobiernos de 5 años – socialdemócratas y socialcristianos – muy superiores a este de 11 años. Sin pasión, compare y juzgue.

INVEROSÍMIL: la revolución también exhibirá su chinito de Recadi. La diferencia está en que el chivo expiatorio de la corrupción de la cuarta república, ciertamente nació en un país asiático, pero el de la revolución es un compatriota “pataenelsuelo” y surgió a la vida pública, al lado de su hermano del alma el comandante Chávez, echando plomo contra un gobierno legítimo con el argumento de que estaba podrido hasta los tuétanos por el morbo de la corrupción. ¿Y ahora el único corrupto es Jesse? Yo te aviso chirulí. Lo del chinito Jesse es para coger palco.

MERCADO: es un sitio dónde asisten las fuerzas de la oferta y la demanda para realizar las transacciones de bienes y servicios. El término es una disquisición capitalista para definir la intermediación entre el productor y el consumidor que busca indefectiblemente generar plusvalía. ¿No es una contradicción la figura de “Mercado Socialista”? ¿No nos repiten que en el socialismo no hay utilidad, ganancia y menos plusvalía? ¿Mercado Socialista? Tengo la impresión que la revolución, si pretende ser coherente con el discurso, debería revisar el concepto. Puro cuento chino.

INDISCUTIBLE: la popularidad de la cual disfrutó, gozó y hasta utilizó para abusar el Presidente Chávez, se le esfumó como consecuencia de la corrupción, inseguridad, deterioro de los servicios públicos, el desempleo y la inflación. Tiempo que se va no vuelve. Regionalmente los problemas son los mismos y al nivel local se agravan con la basura, la inercia y la incompetencia. La cháchara nacionalista, los enemigos externos y la invasión yanqui, se agotó. La realidad del país es de terror y eso tiene su costo político. Amanecerá y veremos.

CONCENTRACIÓN: del poder el que no oculta el Presidente Chávez. Con el anzuelo de llevar el poder a las comunidades, pretende pescar incautos eliminando de un plumazo las alcaldías, gobernaciones, Consejos Regionales Legislativos, Cámaras Municipales y Juntas Parroquiales. Es la liquidación de la descentralización – no para centralizar – es para concentrar el poder en Miraflores. Los gobernadores, alcaldes, diputados, concejales y miembros de la Juntas parroquiales oficialistas hacen mutis y con esa afonía cómplice se hacen harakiri y traicionan la voluntad popular. Hablan ahora o callan para siempre. El pueblo premia, pero también castiga.

DESESPERACIÓN: la que no puede ocultar el oficialismo. Perdieron el apoyo popular y pretenden mediante una reingeniería electoral burlar la voluntad del pueblo venezolano. Van a modificar los circuitos electorales buscando quedarse con la mayoría en la Asamblea Nacional. El pueblo es sabio y no hay dudas que por más que inventen no podrán torcer la voluntad del electorado. A medida que avance la picardía, más rechazo logran. Esperemos el año que viene para abundar en detalles. Mientras tanto no hay que olvidar la inapelable sentencia de la sabiduría popular: picardía sale.

TRISTEZA: la que vivimos en estas navidades y, salvo un milagro sufriremos este fin de año, los demócratas que aspiramos un país sin presos políticos y mucho menos exiliados. En nuestro caso el desconsuelo es doble porque tenemos entrañables amigos, compañeros, aliados y hermanos de ruta política viviendo ese difícil trance. Richard Blanco y Oscar Pérez, las máximas figuras de Alianza Bravo Pueblo, están viviendo esa dolorosa situación. No los olvidamos y pedimos al pueblo que no los olviden. Son luchadores políticos honestos, valientes y demócratas convencidos. A ellos les gritamos desde esta humilde columna, que más pronto que tarde brillará la luz de la democracia, la libertad y la justicia en la patria de Bolívar. Mucha fortaleza, un gran abrazo de año nuevo y, a mis lectores y lectoras, para todos y todas ¡Feliz año nuevo!

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