miércoles, mayo 25, 2011

El desastre en la ciudad tiene nombre, apellido y otros responsables directos

El mejor profeta del futuro es el pasado
Lord Byron (1788 – 1824)
Poeta inglés.


No hay peor ciego que el que no quiere ver. El alcalde de la ciudad, salió victorioso, el 23N-2008 con un poco más de mil votos. 2 meses y medio después, la gente al notar inmediatamente su incapacidad, indolencia y pereza, le envío, la primera señal a sus mentores políticos y especialmente a los líderes, activistas, militantes y simpatizantes del PSUV. En la consulta electoral, que aprobó la posibilidad de la reelección indefinida del Presidente, gobernadores y alcaldes, la propuesta de Chávez, ganó en casi todos lo pueblos de Venezuela y en El Tigre, estrenando gobierno local, perdió por 6.500 votos. Un descalabro total con nombre y apellido

Los mentores políticos del alcalde, ni se inmutaron, salieron a celebrar el triunfo nacional y se olvidaron de la derrota local. El alcalde se sintió guapo y apoyado y continúo su nefasta gestión. Los corredores viales terminaron de deteriorarse, los ornatos se perdieron, la crisis del aseo urbano se acrecentó, las calles se tornaron impenetrables, los sectores populares quedaron a la buena de Dios, las avenidas oscuras, los semáforos se dañaron y las obras que inicia el gobierno local, aparte de mamotretos de muy mal gusto, todas están inconclusas. 3 botoncitos de muestras. El supuesto mercado de buhoneros, la batea de la entrada de la ciudad y el asfaltado de la redoma de Aguanca. Un desastre total con nombre y apellido.

Con ese bacalao el PSUV, llegó a las elecciones del 26S-2010. La circunscripción electoral, del sur del estado, que elegiría 2 diputados, la conformaban 6 municipios. Freites, Guanipa, Miranda, Monagas, Independencia y Simón Rodríguez, donde gobierna esta nulidad engreída. En los primeros 5 municipios, aún cuando bajaron dramáticamente la votación, el PSUV triunfo y le proporcionó a los candidatos rojos rojitos una ventaja que parecía inalcanzable, pero cuando contaron los votos del municipio capital del sur del estado, perdieron bochornosamente con una ventaja de más de 13.500 votos que rebasó la ventaja que tenían de los otros municipios y consolidó la derrota de los candidatos del PSUV. Una segunda señal, ahora bien contundente, para que corrigieran y eyectaran del cargo al alcalde más incapaz, abúlico e inepto que ha tenido la ciudad. El descalabro electoral del PSUV tiene nombre y apellido.

Los mentores políticos, líderes, activistas, militantes y simpatizantes del PSUV en el municipio, tampoco se conmovieron ante la bochornosa derrota, la nulidad engreída, más guapo y apoyado en un alarde autosuficiencia ¡Exclamaría! La derrotas me fortalecen y como para burlarse mucho mas de los integrantes del PSUV, montó un show mediático de 2 horas, encadena las televisoras chavistas y muchas emisoras también chavista y una que otra independiente. En ese estudio, se auto alaba, recibe llamadas de felicitación de sus áulicos tarifados, se solaza, pone la torta, mientras la ciudad se cae a pedazos por los 4 costados. En diciembre del 2012, la paliza electoral que recibirá el chavismo será de tronío, no hay que ser profeta, los resultados están a la vista. Ese seguro descalabro, tendrá nombre y apellido.

A estás alturas del juego, la gente en la calle, dice con sobrada razón: no es culpa del ciego sino de quien le da el garrote. Los responsables directos de que esta nulidad engreída, este poniendo esta inmensa torta, son Chávez y los líderes del PSUV, que lo protegen y le brindan solidaridad automática. Ellos serán en definitiva, los que cargarán con la paliza de tronío que les aguarda en diciembre del 2012 o en la fecha que convoquen las elecciones, mientras tanto sufren el síndrome de Shakira: están ciegos, sordos y mudos, pero la gente que sufre en carne propia está desgracia están claritos y los esperan en la bajadita. ¿Habrá rectificación? ¿O no saben quién es el responsable de esta hecatombe en ciudad? El desastre tiene nombre y apellido. No se hagan los locos. A la hora de pagar nadie es tramposo.

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