miércoles, junio 30, 2010

Las cadenas nos siguen tiranizando

¡Todo exceso es bastante!
Filósofo de Güémez,
personaje mexicano que se dice vivió alrededor de 1800

CADENAS: en la letra del himno nacional están sentenciadas “Abajo cadenas” Las cadenas son signo de opresión, dominación, despotismo y tiranía. Las cadenas presidenciales, violan el derecho de la gente a escoger lo que quiere ver. El espíritu libertario del venezolano no es fácilmente doblegable. Somos como decía el poeta del pueblo Andrés Eloy Blanco “Levantiscos y retrecheros” las largas y fastidiosas cadenas causan tanto hastío, que sencillamente las gente no las ve. El que tiene TV por cable, cambia a otros canales – conservan el derecho a escoger. Los que no tienen esa opción, apagan la TV y mantienen su derecho a silenciar las latosas, aburridas e inoportunas chácharas, ausentarlas de sus oídos y aislarlas de su vista. ¡Todo exceso es bastante! La repetición de los mismos chascarrillos y la conjugación de los verbos a futuro, después de 11 años, no se los cala, ni el más apasionado, exaltado y fogoso rojo rojito. Es bueno cilantro pero no tanto.

VERGÜENZA: debería darle a un gobernante que ha despilfarrado más de 980 mil millones de dólares en 11 años (Sólo por ingreso petrolero) que ha regalado dinero a raudales otros países, que deja perder más de 120 mil toneladas de alimentos, que no investiga el guiso mil millonario con la plataforma que se hundió, que se hace el loco con las “KOIMAS” en los negocios con los Kirchner, que se niega a rendir cuentas y que anda por el mundo como don Regalón, que en este pobre país rico, los pensionados y jubilados tengan que encadenarse en los entes públicos para que les cancelen, los míseros estipendios al cual tienen derecho, después de haber dedicado toda su vida al servicio público. Esos encadenamientos, deberían oprimirle el corazón, a un gobernante con una pizca de sensibilidad humana y sentido de la solidaridad con sus compatriotas. El pueblo arrastra esas pesadas cadenas, hasta las oficinas públicas, para encadenarse cansado de tanta burla, ultraje e ignominia. Es bueno cilantro pero no tanto.

AUTOPISTA: Cantaura – El Tigre, la que continúa inconclusa y prolonga los baños de sangre. Los pocos kilómetros que faltan: La Madama – El Tigre, pareciera no formar parte de las prioridades de este gobierno. Lo único rojo rojito regado, en ese tenebroso tramo de carretera, es la sangre de gente honesta, trabajadora y útil a la patria, las cuales dejan su vida en aparatosos y fatales accidentes. Los pavorosos desastres viales, no son producto de imprudencias, son la consecuencia de una carretera que es altamente peligrosa y la cual carece de la más elemental señalización. La curva de La Parchita, la curva de la estación el Río y el puente de Las Magnolias, para sólo mencionar tres puntos de alta peligrosidad, no poseen ningún nivel de seguridad y mucho menos señales de persuasión a los conductores, sobre todo a quienes, no conocen la vía. Las cadenas de accidentes fatales, podrían evitarse con la construcción de ese vital tramo. Van 11 años y seguimos esperando. Ni un gesto revolucionario, por ahora. Es bueno cilantro pero no tanto.

INDEPENDENCIA: la que selló del yugo español, las tropas venezolanas el 24 de junio de 1821 en el Campo Carabobo. Ese día nació Venezuela. En sucesivos gobiernos, la mayoría liderados por militares y otros, muy pocos, por civiles, la tendencia al entreguismo, no ha estado ajena en nuestra accidentada historia. Abreviando, podemos decir, que el gobierno del Gral. Juan Vicente Gómez, entregó nuestras riquezas y soberanía al imperio estadounidense. Hoy, otro gobierno militar, entrega nuestras riquezas y soberanía a una satrapía decadente: LA CUBANA. Hay denuncias muy serias, no desmentidas, que los cubanos tienen infiltrada hasta los tuétanos a las Fuerzas Armadas, los sistemas de salud, identificación, educación y deporte. Y, ahora con el escándalo, de las más de 120 mil toneladas de alimentos pútridos, nos enteramos que la infiltración del gobierno cubano y la entrega de nuestra soberanía, llega hasta nuestra cadena alimentaria. Es cierto, la lucha por la independencia continúa, ahora de Cuba comunista. Las cadenas nos siguen tiranizando. Es bueno cilantro pero no tanto.

¿Y la lupa del comandante? En la próxima entrega observaremos, que no ve y meno divisa, distingue o visualiza, la cadena de corrupción que nos siguen tiranizando. ¡Todo exceso es bastante! Es bueno cilantro pero no tanto.

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