miércoles, mayo 19, 2010

¡Tremenda revolución!

En las democracias, las revoluciones son
casi siempre obra de los demagogos
Aristóteles (384 a.C. -322 a.C.)
Filosofo griego.

GAS: doméstico en bombonas. Una fatalidad para los venezolanos. Venezuela posee una de las reservas gasíferas más grandes del mundo. El presidente ofrece un gasoducto desde Sucre hasta la Patagonia para surtir de gas a buena parte del continente. Energía limpia y barata para los vecinos y aquí, en nuestra zona, dónde todavía existen mechurrios que queman gas, un alcalde ofrece como un gesto heroico, que llegaron bombonas nuevas, con tecnología Noruega, probadas en China y Brasil y con duración de 20 años. ¡Que vergüenza! ¿Y el gas directo? ¿Esa es la revolución gasífera? Estos gobiernos dan pena ajena. 20 años más con bombonas y unos centros bien lejos de los vecinos ¿Perdieron el espíritu de lucha por la consecución de la red de gas directo? ¡Tremenda revolución!

VIALIDAD: desastrosa la que hay en la ciudad. Una muestra evidente es el estado en que se encuentra la carretera Negra La Flint en el tramo que conecta con el cruce de Vea. En cualquier momento puede suceder una desgracia con pérdida de vidas humanas y materiales. Las autoridades municipales deben tomar las acciones conducentes para solventar tan grave situación. La llegada de las lluvias acrecienta el peligro. Estamos conscientes de la negligencia, dejadez e incompetencia que adornan al gobierno local rojo rojito, pero algo deben hacer y si no pueden reconózcanlo y renuncien para que otro u otros puedan enderezar el rumbo. ¿El gobierno les quedó grande? ¡Tremenda revolución!

INFLACIÓN: galopante la que sacude todos los mercados. Los artículos de primera necesidad, bienes y servicios se disparan ante la acción de una revolución, que cada vez que intenta, anuncia o toma medidas para probar sofocarla, le echa gasolina a la candela. Los sueldos y salarios se redujeron dramáticamente. El poder adquisitivo del venezolano se perdió y la calidad de vida de los venezolanos (incluyendo a los rojos rojitos) va en franco deterioro. “La economía, estúpido” gritó alguien una vez al Presidente Bush. Nosotros, más respetuosos, podemos gritar “La economía, Presidente” ¡Ocúpese! Las ideologías trasnochadas no funcionan en este mundo globalizado. O nos adaptamos o perecemos. En materia económica estamos mal y vamos peor. ¡Tremenda revolución!

PLAZA: en su debida oportunidad saludamos la buena intención que parecía tener la gobernación del estado en la remodelación de la Plaza Bolívar. Ciertamente, el gobierno local anterior, criminalmente destrozó el piso de granito cuando introducían camiones cisternas con peso excesivo para regar la grama y plantas ornamentales. El remedio resultó peor que la enfermedad. El trabajo quedó a medias y nuestra plaza luce desigual y dispareja. ¿Y de noche? es de terror. La oscuridad está enseñoreada. ¿Ahorro energético? Con obras de esa calidad, cualquier gobierno pierde prestigio y credibilidad. Por los detalles se mete el diablo. ¡Tremenda revolución!

UNIDAD: la que dibujó magistralmente en su intervención Iván Olivares. El equipo de Venezuela se juega este 26 de septiembre el partido más importante de su historia. Hay que jugar en equipo. “El candidato que juegue sólo, seguro le va mal. Los candidatos que jueguen en equipo seguro le va ir muy bien”, sentenció. Los que asistimos al acto de presentación de los candidatos de la unidad nacional, que se celebró en el gimnasio “Papá Carrillo”, oímos perfectamente esa sabia reflexión de una gloria del deporte venezolano. Las barras gritan “Sí se puede” y los candidatos que armen el mejor equipo, trabajen en equipo, seguro triunfan en equipo. Una pequeña dosis de humildad, sindéresis y sentido común, nos obliga a construir una verdadera y autentica unidad. Lo hacemos y podremos gritar el 26S. ganamos la mayoría e iniciamos la ¡Tremenda revolución, democrática!

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