miércoles, abril 28, 2010

No es tiempo de vanidades. Es la hora de la patria

Hay que dejar la vanidad a los que
no tienen otra cosa que exhibir
Honorato De Balzac (1799-1850)
Escritor francés.

Concluida la campaña electoral, realizado el acto electoral, conocidos los resultados, aceptados y acatados por todos. Hay que reconocer en primer lugar la conducta cívica, ejemplar y patriótica de los votantes. En segundo lugar a los equipos de campaña que se dieron íntegros para que la organización, realización y concreción del proceso, fuese un éxito y en tercer lugar la gallardía con la cual asumieron, lo que no fueron favorecidos por los votos mayoritarios de los electores, los precandidatos perdedores. Nobleza obliga.

Esos hechos y realidades, la reconocen propios y extraños. Lo que resulta incomprensible es la actitud de algunos ganadores. Pareciera que ya lograron el objetivo de llegar al Parlamento Nacional y lo más irracional es la persecución que desatan contra los que, haciendo uso de un derecho legítimo de aspirar en un proceso democrático, no resultaron favorecidos. Proclaman la oración fúnebre a todos aquellos que tuvieron la osadía de salir, igual que ellos, a buscar los votos de los electores. Esos no son lo enemigos. ¡Por favor! harakiri ¿premeditado? ¡Mucho juicio!

Uno, simple mortal, los observa obrando, cuando acusan a los demás de traidores y de tener pactos diabólicos con el chavismo, según el dictado del revolucionario ruso Sergey Nechayev: “No basta con matar un adversario. Antes hay que despojarlo de su honra” Esos muertos y esa honra, les puede hacer falta el 26 de septiembre. El 23N-2008, es una lección que no se debe olvidar, muy por el contrario hay que asimilar muy bien, entenderla y prepararse para no repetirla. Los que no estudian y aprenden del pasado, tienden dramáticamente a repetirlo. El gigantesco problema es que en esta oportunidad no esta en juego una simple alcaldía. Esta en juego el futuro de la patria. Eso nos compromete a todos. Nunca os olvidéis.

La diferencia que existe entre un político hecho con vocación de servicio, dispuesto a entregarlo todo por el servicio público y los atorrantes vanidosos es que estos últimos buscan lograr una candidatura o un cargo público para ser alguien, mientras que los primeros pensamos siempre en hacer algo por la patria, no importa el puesto de lucha que nos corresponda jugar. Es cuestión de madurez y responsabilidad. Hay tiempo para la verdadera y sincera reflexión. Atesoramos la esperanza.

Hay que entender muy bien la política que vienen practicando. Muchos truenos y poca lluvia. La gente en la calle se burla de esa irresponsabilidad. Están repitiendo al calco la tragedia del 23N-2008. La vez pasada se consideraban dueños de la ciudad, tenían el tesoro municipal a la disposición, todo el poder en el municipio y cuando contaron los votos salieron con el rabo entre las piernas a refugiarse y llorar en Globovisión, cantando fraude para no entregar el poder local y reconocer gallardamente que habían perdido. Es historia reciente.

Nosotros no nos desesperamos. Vamos a votar por las opciones de la alternativa democrática. Sabemos lo que esta en juego. El aporte que podamos hacer lo haremos sin aspavientos, pero bien conscientes de nuestra responsabilidad. Los que cuentan los pollos antes de nacer y piensan que están sobrados en esta oportunidad, les deseamos éxito. Ojala, la política de exclusión, persecución y exterminio, les rinda buenos dividendos y entreguen buenas cuentas. No es tiempo de vanidades. Es la hora de la patria.

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