miércoles, enero 23, 2008

La crisis de los servicios públicos

A nadie le faltan fuerzas; lo que a
muchísimos les falta es voluntad

Víctor Hugo (1802-1885)
Escritor francés.

Mal de muchos consuelos para los tontos, nos ilustra la sabiduría popular, por ello tenemos años escuchando la misma letanía: La crisis de los servicios públicos es general en el país, la responsabilidad es del gobierno nacional. En cierto modo eso tiene justificación, como también es cierto que los gobiernos regionales y locales tienen parte de esa responsabilidad. Los gobernadores y alcaldes concertando esfuerzos para cristalizar planes y proyectos bien consultados, elaborados y mejor cuantificados, pueden con recursos mixtos – públicos de todas las instancias, privados y de la industria petrolera – solucionar y mejorar muchos servicios que son calamitosos o no existen. Querer es poder.

Las autoridades electas por el voto popular, no solo deben reducir sus actividades a llevar la gerencia cotidiana de los gobiernos que les corresponde tutelar, esa es una responsabilidad ineludible, también están obligadas a liderar movimientos de opinión que logren tener resonancia en las instancias de poder donde existan las competencias y los recursos para buscar solución a los problemas básicos del colectivo y desde luego concertar esfuerzos – respetando la pluralidad y las posiciones de los otros – con todos los poderes para obtener resultados que mejoren la calidad de vida de los vecinos a los cuales representan transitoriamente. Acción y gestión deben llevar el mismo impulso y no apelar al acomodaticio argumento del “a mi no me toca” o “a mi me tienen trancado” Hay que tener capacidad de lucha y punto.

Es cuestión de reconocer al adversario, tener capacidad de tolerancia, respeto por los demás, disposición para el entendimiento, vocación de servicio, equilibrio emocional, destreza para concertar esfuerzos y voluntad política para liderar movimientos unitarios que nos permitan desarrollar una gestión beneficiosa para todos. El gas directo es una competencia municipal. Nadie le pondría trabas a la ampliación de ese indispensable servicio y aquel que se atreva a oponerse hay que declararlo enemigo de la comunidad, de su bienestar y desarrollo. Hay que tener iniciativas positivas y el pueblo indiscutiblemente apoyará esas decisiones que más que audaces están demoradas en el tiempo. Es parte de la deuda con la comunidad.

Los drenajes, la ampliación de las redes de aguas blancas, aguas servidas, electricidad y la búsqueda de su mejoramiento nunca se lograrán sentándose a llorar y echando la culpa a otros. Un gobierno serio, responsable, decente, eficiente y liderado por un gerente político con iniciativa, asume la responsabilidad y se coloca al frente de los vecinos para obtener resultados positivos. En esa dirección debemos apuntar en el futuro cercano. Las nuevas autoridades que elegiremos en las elecciones de este año, no solo deben ocuparse de la ornamentación, decoración maquillaje y al robo. Tienen que atacar los problemas de fondo y combatir la crisis de los servicios públicos, ponerlos a la altura de las nuevas realidades para poder impulsar y promover sobre bases firmes la inversión y garantizar un desarrollo sostenido y sustentable. Lo demás es continuar con los fuegos artificiales.
Hay que derrotar la corrupción, la violencia y la exclusión. Tenemos gobiernos sin voluntad que navegan en océanos de dinero y tienen al pueblo naufragando en calamidades por efectos de la incompetencia, ineptitud y corrupción. Falta muchísima voluntad. Lo que está a la vista no necesita anteojos.

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