viernes, abril 28, 2006

La escoba del diablo

“El que después de vencer se venga,
es indigno de la victoria”

Voltaire.


En el Aló, presidente de Campo Oficina, entró en acción la escoba del diablo. El líder del proceso le entregó el arma mortífera al niño de la fortuna. Eso es indiscutible. Habían 7 alcaldes del llamado proceso incluyendo en de la casa. A todos los ignoró. El de la casa se reía, aplaudía, gesticulaba, buscaba la vista del visitante y nanai, nanai, lo pasaron por bolas. ¡Claro! no podía ser de otra manera. No tiene la venia bendita del elegido y con el titular del Diario Antorcha dónde su compañero de PODEMOS lo denunciaba como protagonista principal del desfalco del Proyecto Endógeno “Samuel Robinsón” en el IUTJAA quedaba a la intemperie y como parapara en cemento. El Rey Maula lo agarraba el tobogán de la amargura y lo repasaba la escoba del diablo.

Estupefactos los otros alcaldes miraban el desprecio. “Cuando veas las bardas de vecino arder pon las tuyas en remojo” El líder del proceso ve por los ojos del niño de la fortuna. Le pusieron gringolas, comentaban en voz baja. No hay para dónde agarrar hay que ponerse a las órdenes del niño de fortuna o eres hombre muerto. Eso quedó evidenciado para propios y extraños. “No hay peor ciego que el que no quiere ver” En política hay que saberse agachar y dejar pasar el chaparrón. 6 alcaldes inteligentemente asumieron la posición correcta. Vendrán tiempos mejores, dijeron. ¡Sorpresa! El Rey Maula herido de muerte huyó hacia adelante y se fue a la órbita oficial, mordió el peine y se colocó de como un energúmeno carente de sindéresis, en medio de la escoba del diablo.

En política no se cometen errores en plural. Se comete uno y los demás vienen por añadidura. El Rey Maula cometió el pecado original de dejarse atrapar por la órbita oficial. Esos bichitos de uña que actúan como unos trapiche del gobernante blanco, verde, morado, rojo o de cualquier color y que sin ningún pudor se cambian la boina para alcanzar sus fines nauseabundos. Don bombillo se enciende, alumbra a Tarzán y Papermate va detrás encandilado sin pelar un trazo. Cuando ven el bagazo lo sueltan y no voltean ni para ver si le quedo un poquitico de guarapo. Se lo chupan y chao contigo. Víctimas hay vivitas y coleando. “El que se comió su guayaba que pase su dentera”. Son otras escobas del diablo.

Ahora bien, el niño de la fortuna anda eufórico cantando victoria. Tiene que cuidarse. Hay alcaldes que tienen sentido político y saben que en esta disciplina nada es estático. La política es dinámica y cambiante. No se inmolan en primavera y se reservan para tiempos mejores. El Rey Maula se convirtió en un desecho toxico. No lo quieren ni en su partido – está al borde de la expulsión – no lo quieren los chavistas y en la oposición le hacemos la cruz. La orbita oficial que termine de pasarlo por el trapiche. Los otros cautelosos y seguros de sus liderazgos están como caimán en boca de caño. “Y también soy caimán cebao que en boca de caño lo velo” AAT dixi. Es cuestión de tiempo. Mientras tanto la escoba del diablo la tiene agarrada por el mango el niño de la fortuna.

Las victorias internas tienen sabor a fratricidio, pero de esa forma funcionan las cosas en está política caribe que también es dinámica, cambiante e imprevisible. Ellos son rijos y se entienden y miren que la escoba del diablo en manos fundamentalistas es bien peligrosa…Aún cuando se pregone la dignidad la venganza está a la vista. Esperen el desarrollo de los acontecimientos.

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