martes, enero 19, 2010

El fracaso total y absoluto del Socialismo del Siglo XXI

El apresuramiento es padre del fracaso
Herodoto (484-425 a.C.)
Historiador griego.

INSÓLITO: pretender echar la culpa del colapso eléctrico a la IV república. El 96% de la generación de la energía eléctrica que posee en la actualidad el país es obra de los 40 años de democracia y apenas un 4% ha cosechado la robolución en estos funestos 11 años. La imprevisión, negligencia, desidia, incapacidad e ineptitud del gobierno del Presidente Chávez, no tiene parangón en la historia patria. Debería, asumir su responsabilidad, darles las gracias a los gobiernos de la IV república por las obras que consolidaron y que lo están salvando, por ahora, de la debacle total. Esta ineficiencia socialista los terminó de desnudar ante el país. Estamos ante el fracaso total y absoluto del socialismo del siglo XXI.

ESTABILIDAD: la que increíblemente le garantizará una mayoría parlamentaria de la sociedad democrática al actual gobierno. La gente que está ya cansada de tanta corrupción, ineficiencia e ineptitud, vería como una válvula de escape al descontento, que la Asamblea Nacional recobre su independencia, respetabilidad y objetivo fundamental. Legislar a favor del pueblo, nombrar poderes públicos autónomos, fuertes e independientes, asumir su rol de controlador del gasto público y frenar mediante una ley estricta la regaladora que a raudales de los dineros de todos los venezolanos ha hecho Chávez. Lo otro es desatar los demonios de la inestabilidad ante el fracaso total y absoluto del socialismo del siglo XXI.

EXASPERAR: a los factores de oposición es la estrategia fallida de Chávez, cuando reta a la oposición a que recojan las firmas que activen el referéndum revocatorio. El que está picado de Macagua, cuando ve bejuco se espanta. No hay apuro. El Presidente luce desesperado, acorralado y derrotado e intenta forzar los tiempos buscando una salida a la debacle que vislumbra el 26 de septiembre. Mucha serenidad, sobre todo a los iluminados, que pueden volárseles los tapones. En principio, hay que garantizar la estabilidad democrática, respetar los lapsos electorales, ejercitar una robusta unidad y derrotar mediante una avalancha de votos esta pesadilla. El Presidente no tiene posibilidades de revertir esta hecatombe. La gente, está convencida, del fracaso total y absoluto del socialismo del siglo XXI.

INCREMENTO: salarial imperceptible el que anuncio demagógicamente el Presidente Chávez. El fuerte golpe de la devaluación salvaje, brutal y criminal que decretó y que tal como era previsible, desató las amarras de la inflación, la escasez y la especulación, dejó aturdido a todos los venezolanos. El cuento chino de un incremento al salario mínimo del 10% en marzo, más 15% en septiembre, justo el mes de la elecciones parlamentarias, no detendrá la caída libre del gobierno. ¿Y los otros asalariados no merecen un aumento? La situación calamitosa en la cual Chávez a sumido al país, ya es un detonante tan ensordecedor, que no habrá subterfugios, magia, truco, engañifa que pueda parar su derrota en las urnas electorales. Los electores, están convencidos, del fracaso total y absoluto del socialismo del siglo XXI.

APRESURAMIENTO: por salir de este desgobierno el que se observa en algunos sectores radicales de la oposición. No aprendieron la lección del 2002. Chávez, consciente de esa realidad, intenta exasperarlos, para que inicien la recolección de firmas y busquen activar el referéndum revocatorio y se burla de los que solicitan su renuncia. Ese mecanismo democrático y constitucional esta más que probado favorece al autócrata que tiene bajo su bota militar a todas las instituciones públicas, incluyendo nada más y nada menos que el órgano que se encargaría de la rectoría del proceso refrendario. No hay que forzar la barra. Los tiempos están establecidos en la Constitución. El Presidente luce acorralado y derrotado, pero por ahora, todavía tiene capacidad de maniobra y eso hay que ponderarlo muy bien. Esperemos los lapsos electorales, el fracaso total y absoluto del socialismo del siglo XXI, garantiza una victoria clamorosa y el apresuramiento nos puede llevar nuevamente por la senda del fracaso. Es mi humilde opinión.

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