miércoles, junio 17, 2009

Y nos estamos acostumbrando

La costumbre es la ley de los tontos
John Vanbrugh (1664-1726)
Dramaturgo y arquitecto británico.


Hay racionamiento de los servicios públicos. Algo nunca visto en los anales de la historia patria. El líder del proceso nos vende como solución a todos nuestros males el socialismo del siglo 21. Es el paraíso soñado. El problema es que lleva 10 años en el poder. Ha tenido los ingresos jamás soñados por los venezolanos. Más de 950 mil millones de dólares. Unos montos superiores a 10 planes Marshal con los cuales recuperaron a Europa después de la segunda guerra mundial y nuestro país avanza a paso de vencedores hacia un caos de consecuencias impredecibles. Lo grave: pareciera que nos estamos acostumbrado.

El servicio de agua, siempre ha tenido fallas, lo reconocemos, pero ahora va de mal en peor. La electricidad pasó de los acostumbrados apagones, cortes programados y los sorpresivos, a la desgracia nunca considerada por los habitantes de esta tierra de gracia. El racionamiento. Esa desventura la conocíamos referencialmente por las noticias que nos llegaban del mar de la felicidad. El sistema de salud, con todas sus fallas, funcionaba aceptablemente y existía la promesa de todos los candidatos a la presidencia de mejorarlo. La CANTV, aun privatizada, prestaba sus servicios aceptablemente y ahora, todo está en franco deterioro. Lo grave: pareciera que nos estamos acostumbrando.

Hay escasez de alimentos, la inflación avanza sin freno, el empleo formal, fijo duradero y con seguridad social está desapareciendo. El servicio de gas por bombona o cilindro, que ante una llamada, llegaba a la casa, tenemos que encomendarnos a Dios para obtenerlo y del gas directo ni soñarlo. La basura está enseñoreada. Las calles son un desastre. El servicio de transporte públicos es un caos y los valientes que los prestan son unos héroes, tienen que enfrentarse al desastre de las calles, la inseguridad, la escasez de repuestos y sus altos costos. Estábamos mal y vamos peor. Lo grave: pareciera que nos estamos acostumbrando.

En medio del caos generalizado de los servicios públicos, la corrupción e ineficiencia gubernamental, nos continúan bombardeando con convertir al país en socialista, nos siguen llegando noticias veraces, oportunas y poco agradables de que nuestras riquezas las siguen regalando a manos llenas en una solidaridad poco entendible. Luz para la calle y oscuridad para la casa. El presidente Pérez, regaló un barco (una sola vez) usado y simbólicamente a Bolivia que lucha por una salida al mar y el escándalo fue de tronío. En estos tiempos regalamos millones de dólares y miles de barriles de petróleo todos los santos días y no hay reacción. Lo grave: pareciera que nos estamos acostumbrando.

No hay un ápice de dudas. Tenemos un gobierno rico, oligarca, con vocación imperialista y un pobre país. Nuestras inmensas riquezas no alcanzan para mejorar nuestros servicios públicos y sobra para solucionar los problemas del mundo y especialmente los que están plegados ideológicamente al llamado socialismo del siglo 21. Lo grave: pareciera que nos estamos acostumbrando. Nadie vio, nadie dijo nada y todos callamos. Creo que llegó el momento de revertir esta situación y exigir nuestros derechos porque de lo contrario pecaremos todos, absolutamente todos, por omisión. Lo grave: pareciera que nos estamos acostumbrando.

Y si nos acostumbramos, irremisiblemente, los vivos que nos desgobiernan, nos terminarán aplicando la ley de los tontos.

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