jueves, noviembre 15, 2007

…para mantenerlos contentos

Afortunado es el hombre que
tiene tiempo para esperar

Pedro Calderón de la Barca (1600-1681)
Dramaturgo y poeta español.

Una de las cosas más difíciles en política es tener razón a tiempo. Intereses de todo tipo intervienen para intentar desvirtuar posiciones. La cuestión se ubica más cuesta arriba si los involucrados, poseen medios de comunicación social, se venden como honorables y mantienen un lobby permanente con los diversos sectores de la vida pública. A todos colocan en un estado general de sospecha y el que se resista a sus exigencias lo asesinan moral, ética y familiarmente. Al que se revela le procuran la muerte civil. Es baje de mula y punto.

La única manera de mantenerlos contentos es doblegarse ante sus exigencias amorales y monstruosas. El que llega al gobierno local, regional o algún parlamento desde donde tenga capacidad para incidir en las decisiones presupuestarias, tiene que someterse a sus inmundos exigencias, so pena de tener que soportar toda una campaña mediática de desprestigio político, personal y familiar. El dueño del medio chantajista y extorsionador “honorables” contra una clase política corrupta. Ese era el esquema que embobó a más de un ingenuo y caído de la mata. O corres o te encaramas.

El que esto escribe fue víctima de esas viles y soeces campañas por no dejarse extorsionar y chantajear. Eso tuvo un costo elevadísimo. Mucha gente desprevenida, sorprendida en su buena fe creyó la andanada de improperios que escupían todos los santos días desde la 6 AM, cuando prendía don bombillo y entraba en orbita. Entendíamos que la lucha era desigual, pero nunca nos dimos por vencidos. La tranquilidad de conciencia y la certeza de que estábamos ante una banda delincuencial mediática organizada desde la orbita oficial liderada por el inefable don bombillo nos daba fuerza para denunciarlos en los pocos escenarios y espacios que nos brindaban los medios que nunca dudaron de nuestra honorabilidad y esperar. Afortunadamente tuvimos y tenemos tiempo para verlo rodar en su propio miasma.

Díos que es más grande que todas las miserias humanas, hizo un día detrás de otro. Salimos de los cargos públicos con una sola riqueza: Las prestaciones sociales que nos correspondieron, nuestros modestos ingresos producto del sueldo como auxiliar docente universitario, tranquilidad de conciencia y la seguridad de haber cumplido con nuestros deberes y responsabilidades a cabalidad, lo que nos permite vivir en medio de muchas limitaciones, pero dignamente, caminar por las calles de El Tigre y pueblos de Anzoátegui, con la frente en alto y gozar del aprecio, el respeto de todos los ciudadanos sin distingo de color, raza, sexo y mucho menos ideología política. Esa es la mayor felicidad.

Díos castiga sin palo y sin mandador. Nuestros difamadores de ayer, hoy están en la picota pública acusados de lo que siempre denuncie. Don bombillo fue agarrado in fraganti. Con los cheques en las manos y con el agravante que es tan ruin, vil, rata y cobarde que ahora dice que los cheques provienen de una “operación perfectamente valida” la gente se pregunta ¿Por qué utilizó a su “honorable” esposa para hacer efectivo los cheques? ¿Si la operación comercial fue fallida donde está la constancia de la devolución del dinero? Lo cierto del caso es que no tiene excusa, ni defensa. Cayó en sus propias redes. El tiempo que no espera, ni perdona me dio la razón y afortunadamente digo: nunca es tarde para el que sabe esperar. ¿Verdad don bombillo?
El gobernante que no se baje de la mula y lo mantenga contento lo vuelve trizas, el que lo mantenga contento a punta de baje de mula es lo mejor del mundo. Lo del Rey Maula es emblemático. Volveremos sobre el tema y no puedo concluir sin decir que don bombillo da lástima. Perdió toda moral y ética para calificar y descalificar a nadie. Está tan pútrido que no se lo comen ni los cochinos de Guanta que meriendan con cemento.

No hay comentarios.: