lunes, mayo 07, 2007

Opiniones del pueblo

Lo que inquieta al hombre no son las cosas,
sino las opiniones acerca de las cosas

Epicteto (55-135 d.C.)
Pensador griego.

INFLACIÓN: La que, según los voceros del régimen, cayó el mes de marzo en 0.07. La gente en el mercado no percibe esa disminución del índice inflacionario. Muy respetuosamente, pero con gran indignación ve ante sus ojos, que ante el desmesurado aumento del costo de la vida, la escasez de productos de la dieta básica y la salvaje especulación quizás, los estadísticos, para complacer al líder de la revolución, evaden la terrible realidad y maquillan cifras, engañándose ellos y al Presidente, porque al pueblo que sufre diariamente esas penurias, no le tergiversa nadie este macabro escenario, que cada día lo hunde en la extrema pobreza. No subestimen, el soberano abrió los ojos y sabe más que pescado frito.

EFICIENCIA: La que exhibe en demasía, el gobierno local. Pasmado queda uno, cuando escucha a los habitantes de los sectores populares y especialmente a los vecinos de San José, Oficina 1, y las Delicias. Les han “invertido” cuantiosos recursos y el desastre no puede ser más palmario. Cuando llueve los agarran las inundaciones y el barro. Cuando hay sol la polvareda les afecta la salud, ensucia las viviendas y hasta los electrodomésticos son dañados por el polvillo. Es una tragedia sin igual la que les corresponde vivir, mientras el Rey Maula y Don Bombillo aumentan su emporio comunicacional. Radio y Televisión en la zona norte y medios impresos a la vista de propios y extraños. No subestimen, el soberano abrió los ojos y sabe más que pescado frito.

DECENCIA: La que también exhibe el gobierno local en los casos del proyecto endógeno CASIR, la Pata de Gallina y los 300 millones que “invirtieron” (o se cogieron) en la limpieza y mantenimiento de los drenajes de la Avenida ínter comunal. En esos tres casitos la corrupción no puede ser más salvaje. Hubo concertación de contratista y los dineros se esfumaron como por arte de magia, las obras no existen o son de mala calidad y ahora, los nuevos ricos de la revolución son dueños de emporios comunicacionales. La gente dice en la calle: “No hay dudas, con esa alcaldía el Rey Maula y Don Bombillo pegaron su Kino” Es la corrupción en todo su esplendor. No subestimen, el soberano abrió los ojos y sabe más que pescado frito.
CORTOS: Ante el primer chaparrón quedó demostrado una vez más que la ciudad no cambió, volvió a colapsar…La contraloría social tiene que meterle la lupa a MERCAL. El olor a guiso está en el ambiente…Los valientes que piensan en voz alta deben mantener su palabra. Ante el estrepitoso fracaso, no pueden buscar chivos expiatorios en la oposición. La comunidad espera por las 60 mil firmas que ofreció el Rey Maula. Échenle ganas…Ratifico: No he estado, no estoy, ni estaré de acuerdo con el cierre de ningún medio de comunicación social. La máxima de la tolerancia, nos enseña Voltaire sabiamente es: “No estoy de acuerdo con lo que dices, pero daría mi vida por que te lo permitan decir”…Por más que salten, ofendan, difamen, chantajeen y manipulen los payasos, no nos ocuparemos más de ellos. Nuestro objetivo son los dueños del circo, los inefables El Rey Maula y Don Bombillo. No es culpa de los delincuentes, la responsabilidad es de los jefes de la banda que los instruyen y les ordenan delinquir. Son asquerosas marionetas…Delicada la denuncia que muy responsablemente hizo el diario La Antorcha con relación a la bomba de tiempo que dejaron al demoler arbitrariamente, sin la autorización de los técnicos del Ministerio de Energía y Minas, la antigua bomba Primavera. Un gobierno local, medianamente responsable, debería decretar la emergencia en la zona y tomar las acciones pertinentes. Es la crónica de una tragedia anunciada…Los sectores populares de la ciudad están en el más completo abandono. La manipulación de esa realidad, por parte de Don Bombillo, en los medios de comunicación oficial que dirige, es grotesca y a la gente no la engañan. Escuchen las opiniones del pueblo. No subestimen, el soberano abrió los ojos y sabe más que pescado frito.

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