jueves, enero 18, 2007

El problema del agua en la ciudad

El pueblo me silba, pero
yo me aplaudo

Quinto Horacio Flaco (65 a.C.-8 a.C)
Poeta lírico y satírico romano.
Vivimos, según los entendidos, sobre los acuíferos más grandes del mundo. Paradójicamente una de las carencias más colosales que sufre la comunidad es la del suministro del agua potable. Gobiernos van y gobiernos vienen y la situación continúa igualita. Llegan épocas de sequía, las tuberías bajan el caudal, se presenta un escándalo, hay una protesta y todo sigue igual. Roban una bomba o se daña un pozo, otro show mediático y nada se resuelve. Todo lo anterior es atacado con paños tibios y el problema de fondo sigue latente. Hay que ponerle el cascabel al gato.

En estos 8 años de revolución, sobre Venezuela han llovido millardos de dólares. Los problemas de pobreza, salud, vivienda, educación, inflación inseguridad, desempleo y servicios públicos, más que resolverse se agravan a paso de vencedores. Esta gravísima situación, sumada a la generosidad y solidaridad bolivariana con otros pueblos están exasperando a la gente a limites insoportables. Hay gente roja, rojita, no por el color de la revolución, sino por el descontento que los invade al ver como se despilfarra el dinero de todos los venezolanos, sin orden ni concierto y todos estemos como la guayabera. Por fuera del bienestar que produce ese aluvión de millardos de dólares provenientes de la renta petrolera. ¿Estallido social a la vista? Pónganle el oído al soberano.

En El Tigre, hemos insistido que ahora, cuando llueve dólares sobre Venezuela, que la alcaldía el año pasado solo por concepto de FIDES y LAE, manejó 17 millardos de bolívares y este año la cifra se duplicará, es propicia la oportunidad de presentar un proyecto integral para la solución definitiva del suministro de agua potable en la ciudad. Tenemos adelantado el campo de pozos, hay que instalar una moderna planta de tratamiento, un sofisticado sistema de bombeo, reponer la vieja y obsoleta tubería, por una acorde con los nuevos tiempos, ampliar la red a todos los sectores populares e incluir un excelente y sistemático plan de mantenimiento, para darle durabilidad, consistencia y seguridad al suministro por unos 25 años. Con soluciones de ese tipo pueden gritar a los cuatro vientos que la ciudad cambio para siempre. Mientras tanto es puro ruido de alas.

Sólo los demagogos, advenedizos y aventureros, ven la solución del problema del agua en la municipalización ¿Qué van a municipalizar? Un problema ¿Cómo piensan solucionarlo? ¿Dónde están las ideas y el proyecto? ¿Han consultado a la gente preparada técnica y capacitada en la materia? ¿Con más corrupción? ¡Por favor! No pueden solucionar el problema de las aguas servidas del matadero municipal y van a poder manejar un acueducto, les entregaron los recursos para el proyecto endógeno de los pollitos bebe y el escándalo público con el saqueo de ese dinero es de órdago. Abandonaron el sistema de riego de la Plaza Bolívar y destruyen con la entrada de camiones cisternas las pocas áreas de granito que se conservan, por mencionarles tres cositas y van poder con la paquidérmica e ineficiente HIDROCARIBE. Cuenten una de vaqueros.
Estamos ante la oportunidad más brillante para solucionar definitivamente el problema del suministro de agua potable, pero también es verdad que estamos en presencia del gobierno más corrupto, vanidoso, soberbio, prepotente e ineficiente de la historia de la ciudad. Vendrán tiempos mejores. Las esperanzas de la comunidad siguen vigentes. Algún día, después de esta pesadilla, veremos la solución. Mientras tanto persistirá el problema del agua y estamos condenados a vivir como camellos y ¡por favor! dejen el show y trabajen con seriedad, honestidad y eficiencia una vez. El pueblo los silba, aunque a punta de billete, se manden colmar de aplausos en la orbita oficial.

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