jueves, agosto 07, 2008

El Tigre: La Gran Ciudad

La sola idea de que una cosa cruel
puede ser útil es ya de por sí inmoral

Marco Tulio Cicerón (106-43 a.C.)
Escritor, político y orador romano
Hay quienes dicen que en la ciudad nunca se había hecho nada. Todo fue iniciado, construido, concluido e inaugurado en estos últimos 44 meses. Otros extreman la jalada y dicen vivir en una gran ciudad. La gente de a pie, esa que no vende su conciencia, tarjetas de cascarones partidistas, menos asume posiciones acomodaticias por un mendrugo de pan, ve con estupefacción como un segmento de la clase política, le quiere colocar vendas para que no vea lo evidente, irrebatible e incuestionable. La ciudad está igual o peor que antes. Veamos:

Los sectores populares están en estado comatoso. A los que les hicieron una pequeña inversión el remedio les resultó peor que la enfermedad. Verbigracia, San José y Oficina 1. El servicio de agua potable continúa en situación crítica, explosiva y regresiva. La electricidad, cuando hay amenaza de lluvia, falla intermitente y largamente dañando cuanto electrodoméstico este conectado. Los drenajes, los pocos que existen, son insuficientes y la ciudad colapsa ante una garúa. La red de aguas negras es densos sectores de la comunidad esperan por su instalación y en alguno de ellos donde las acometieron, no funcionan y las lluvias los colapsa. El desastre es total.

Con todo este escenario desolador, hay quienes se empeñan en vendernos una gran ciudad. Pareciera que no salen del casco central, el cual siempre ha contado con todos los servicios, para que vean, palpen y vivan las vicisitudes con las cuales tienen que lidiar todos los santos días los vecinos de los sectores populares. No hay seguridad, la vialidad hecha añicos, los módulos de barrio adentro funcionando a media máquina, los CAICOS cerrados, el transporte público prestado por humildes y valientes padres de familia esta haciendo metástasis y para obtener una bombona de gas hay que esperar varios días para que llegue al centro dispensador y luego calarse una larga cola. Es lo que los cómodos no ven o no quieren ver.

Para coronar esta penosa situación, también buscan obligar a los electores, calarse a un “CADILLO” local manirroto, despilfarrador, corrupto, maula, grosero, chapucero, abusador, violador de derechos humano e irrespetuoso hasta de quienes presumen ser sus aliados o posibles soportes electorales, vendiéndolo como la panacea. Uno entiende que exista hambre, necesidad y miseria, pero de allí a pretender tapar el sol con un dedo, hay una descomunal franja de crueldad e inmoralidad, que la gente de a pie, la cual sabe más que corocoro frito, olfatea de lejos rechazándola de plano. Una cosa son los aventureros del estomago y otra la realidad que vive la ciudad.

Para los que, en este último trimestre del gobierno local, les permiten morder del erario local y se obnubilan sintiendo que viven en una gran ciudad construida por el Rey Maula devenido en los últimos días en “CADILLO”, les recomendamos, pongan oído a la inmensa mayoría del electorado que vive y sufre en medio del descomunal desastre de la geografía municipal. Para ellos, la realidad es pavorosa y el 23 de noviembre la cambiarán para empezar a construir de verdad una gran ciudad.
A los dueños absolutos de la verdad que apoyan nulidades engreídas por un mendrugo de pan solo les queda vivir de las crueldades que les serán útiles hasta que los votos del pueblo los hagan pisar tierra. La hora de la verdad está a la vuelta de la esquina. No os desesperéis.

No hay comentarios.: