“Todas las cosas son ya dichas; pero como nadie
escucha, hay que volver a empezar siempre”
André Gide.
escucha, hay que volver a empezar siempre”
André Gide.
La sociedad venezolana está convencida de que la Reforma constitucional, no resuelve los graves problemas que aquejan al país. Este gobierno autoproclamado revolucionario, lleva 9 largos años en el poder y la inseguridad se acrecienta de manera alarmante, la moneda se devalúa vertiginosamente, los servicios públicos son una calamidad, no hay empleo, mucho menos seguridad social, el alto costo de la vida es pavoroso y para colmo de males, la escasez tiene a la gente al borde de la desesperación y el gobierno no aplica políticas acertadas para buscar solución y no se vislumbra ninguna en el horizonte.
El punto es que el Presidente Chávez, quiere concentrar más poder ¿Para qué? Pretende una presidencia vitalicia ¿Para qué? Hay el convencimiento que con el poder que ha concentrado hasta ahora, ha podido y puede en el marco de la actual constitución solucionar, sino todos, muchos de lo problemas que diezman a la población. Toneladas de dólares, tiempo, apoyo incondicional de todos los poderes, las Fuerzas Armadas y discrecionalidad para tomar decisiones le han sobrado y para culminar su mandato ahora es cuando le queda – 5 años exactamente hasta el 2.013 – Es para lucirse y salir por la puerta grande de la historia.
La gente está conciente de que el Presidente Chávez, en este momento y desde hace varios años atrás, cuenta con la casi totalidad de las gobernaciones, alcaldías, Cámaras Municipales, Concejos Regionales Legislativos y una Asamblea Nacional incondicional. Los otros poderes públicos, Contraloría, Defensoría del Pueblo, Fiscalía General de la República y el Consejo Nacional Electoral están rendidos a sus pies y además ha contado con los más altos ingresos petroleros y del SENIAT de toda la historia republicana. ¿Cuál es el problema? Incapacidad y corrupción.
En medio de toda esa concentración de poder – económico, político, institucional, militar y popular – el Presidente Chávez en vez de dedicarse a gobernar eficiente y decentemente, mantiene al país en una permanente crispación, división, confrontación e intolerancia que impiden emprender políticas concertadas entre los factores de producción para reactivar el aparato productivo y echar adelante un proceso de desarrollo sostenido y sustentable que permitan mejorar la calida de vida y propiciar un clima de convivencia fraternal.
El punto es que el Presidente Chávez, quiere concentrar más poder ¿Para qué? Pretende una presidencia vitalicia ¿Para qué? Hay el convencimiento que con el poder que ha concentrado hasta ahora, ha podido y puede en el marco de la actual constitución solucionar, sino todos, muchos de lo problemas que diezman a la población. Toneladas de dólares, tiempo, apoyo incondicional de todos los poderes, las Fuerzas Armadas y discrecionalidad para tomar decisiones le han sobrado y para culminar su mandato ahora es cuando le queda – 5 años exactamente hasta el 2.013 – Es para lucirse y salir por la puerta grande de la historia.
La gente está conciente de que el Presidente Chávez, en este momento y desde hace varios años atrás, cuenta con la casi totalidad de las gobernaciones, alcaldías, Cámaras Municipales, Concejos Regionales Legislativos y una Asamblea Nacional incondicional. Los otros poderes públicos, Contraloría, Defensoría del Pueblo, Fiscalía General de la República y el Consejo Nacional Electoral están rendidos a sus pies y además ha contado con los más altos ingresos petroleros y del SENIAT de toda la historia republicana. ¿Cuál es el problema? Incapacidad y corrupción.
En medio de toda esa concentración de poder – económico, político, institucional, militar y popular – el Presidente Chávez en vez de dedicarse a gobernar eficiente y decentemente, mantiene al país en una permanente crispación, división, confrontación e intolerancia que impiden emprender políticas concertadas entre los factores de producción para reactivar el aparato productivo y echar adelante un proceso de desarrollo sostenido y sustentable que permitan mejorar la calida de vida y propiciar un clima de convivencia fraternal.
El que vote a favor de SÍ, suponiendo que hay votación, debe estar conciente que lo que se plantea no es una reforma, sino una nueva constitución que se nos impone para concentrar más y más poder en un megalómano con pretensiones de Mesías. Todas esas verdades están dichas y como nadie pareciera escuchar, hay que repetirlas hasta la saciedad. En guerra avisada…
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