miércoles, agosto 05, 2009

La triste realidad

La única verdad es la realidad
Aristóteles (384 a.C. – 322 a.C.
DESGARRADORA: La realidad que están viviendo las parturientas en la ciudad capital. Los testimonios que vemos, escuchamos y leemos a diario a través de los medios de comunicación social, no pueden ser más elocuentes. Mujeres a punto de parir, después de recorrer todos los hospitales públicos, en las puertas de la maternidad Concepción Palacios, retorciéndose de dolor suplicando e implorando atención para dar a luz. En la Venezuela bolivariana, dónde existe un gobierno nadando en dinero, las mujeres tienen que vivir estás penurias. Es una evidencia más del estado general de miseria al que nos ha conducido el socialismo del siglo 21 en los últimos 11 años. ¿Es un show mediático? El que tenga ojos que vea. Hay que pisar tierra y aceptar la triste realidad.

ALARMA: La instalación de bases militares por parte de Estados Unidos en Colombia, encendió las alarmas en el gobierno venezolano. El presidente cree que hay un plan desestabilizador y una posible invasión del imperio a nuestro país. “Hay que comprar tanques y más material bélico para blindarnos ante semejante amenaza”, dijo. Hay quienes piensan que no hay necesidad de gastar más dinero en chatarra militar, lo que procede es demostrar de una vez, que con enemigos no se hacen negocios y suspender el suministro de petróleo a los gringos. ¿No es con energía que se mueve esa mortífera maquinaria bélica? Dejémoslo sin nuestra energía, demostremos que no nos hacen falta los dólares del imperio y no aceptemos más chantajes y amenazas. Hay que pisar tierra y aceptar la triste realidad.

INDISPENSABLES: Los servicios de agua y electricidad. Ambos están fallando y en franco deterioro. Los líderes del proceso no pueden argumentar que no han tenido tiempo, poder y recursos. 11 años, todo el aparato del estado bajo un férreo control y más de 900 mil millones de dólares no son cualquier cosa. Esas verdad, nos indican que estamos ante un gobierno inepto, ineficiente, incapaz, inoperante, inútil, corrupto y dilapidador. No hay explicación posible para ocultar esta desastrosa situación. Los hechos son tercos y por más que intenten justificar la triste situación los delata en cuerpo entero. Les quedan más de dos años para revertir este lamentable cuadro tétrico que viven los servicios públicos. Hay que pisar tierra y aceptar la triste realidad.

DIVERSIÓN: Prohibitiva para las clases populares la que existe en el Parque del Agua “Kariña” Los precios son prohibitivos. El costo de la entrada por persona es exorbitante, los niños los miden y casi todos califican por la estatura para el precio más alto del ticket. No pueden llevar ningún tipo de comestible o bebida, todo debe ser adquirido en los puestos que destinan para tal fin. Los dueños aseguran un mercado cautivo una vez que entras con la familia. Los turistas quedan a merced de los productos y precios que ellos fijan sin tasa ni medida. ¿Indepabis? ¿En cuanto tiempo obtendrán el retorno del capital invertido? En el corazón de Anzoátegui, mientras el gobierno nos marea con la cháchara del socialismo del siglo 21, florece el capitalismo más brutal e irracional. Esa diversión, no es apta para la clase media baja y menos para los pobres. Antes de pensar en llegar al lugar que esta ubicado en la autopista que une a Barcelona con Puerto Píritu, investigue para que no se devuelva con los niños desilusionados y llorando. Hay que pisar tierra y aceptar la triste realidad.
VORACIDAD: Mediática la que posee el gobierno. Mantiene bajo estricto control la bicoca de 90 periódicos, 40 televisoras, 200 estaciones de radio y no contento con esto, ahora lanza un zarpazo de gorila – con el perdón de esos nobles animales - contra los medios libres e independientes. No se aplica la ley, se aplica una política dictatorial del Presidente Chávez. Pronto tendremos, si lo permitimos, una sola verdad: la del régimen y todos aquellos que no aceptemos a pie juntillas ese atropello, seremos tildados de mentirosos, pitiyanquis, oligarcas, golpistas, apátridas, gusanos y cuanto epíteto denigrante se les ocurra a quienes asaltaron el poder para aplicar un peligroso apartheid que viola los más elementales y sagrados derechos humanos. Es tiempo de abrir los ojos y reaccionar de lo contrario nos estamos haciendo harakiri. Hay que pisar tierra, no aceptar esa triste realidad y mucho menos permitir que en este ataque contra la libertad de expresión, la pluralidad, la libertad y la democracia, la primera víctima sea la verdad. Bolívar, siempre vigente en su pensamiento, nos ilustró “El sistema militar es el de la fuerza, y la fuerza no es gobierno” La realidad que estamos viviendo y sufriendo es la única verdad.

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