Lula, sin querer queriendo, interpreta fielmente el pensamiento de Bolívar cuando dijo que “Es una manía miserable el querer mandar a todo trance” en esa dirección el Presidente brasilero nos revela una gran verdad: “Quien quiere un tercer mandato puede pensar después en un cuarto, un quinto, lo que amenaza la democracia del país” Lapidaria advertencia y ejemplarizante lección. Chávez y Uribe, no deben hacerse los locos. Más claro no canta un gallo.
Si uno comienza, advierte Lula, a meter en la cabeza: “Soy insustituible, imprescindible, comienza a nacer un pequeño dictador” Esa exhortación entra en perfecta sintonía con el pensamiento de nuestro libertador quien sabiamente alertaba “Todo aquel que pretendiera perpetuarse en el poder ya estaría en contra de la determinación de la democracia” Lula, no hay dudas, con esa posición se convierte en un excelso exegeta de Bolívar. Resonante la campanada. El que tenga oídos que oiga.
Luiz Inácio Lula da Silva, que goza, de índices inéditos de popularidad, con entre 70% y 80% de respaldo a su gestión. ¡Qué envidia!, no anda pensando en reelección, menos la promociona y por el contrario persuasivamente como corresponde a un buen demócrata, convence a sus partidarios de lo pernicioso que es para la salud del sistema democrático la perpetuidad en el poder de un hombre por muy popular que sea o indispensable que se crea. El hermano del alma impulsa la alternabilidad en el poder. Dios, la patria y la historia lo encumbrarán. Lula demuestra que es un demócrata a carta cabal que predica con el ejemplo.
Los verdaderos demócratas, los que no tienen vocación megalómana y menos pretensiones de Mesías, agradecen a sus pueblos la oportunidad para gobernarlos por un tiempo finito, perfectamente establecido en
Hoy, más que nunca, con esa impecable posición democrática del Presidente Brasilero Luiz Inácio Lula da Silva, nos refresca la sabia clarinada de Simón Bolívar el 15F-1819, cuando en el Discurso de Angostura afirmó: “Nada es tan peligroso como dejar permanecer a un mismo ciudadano en el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle y él se acostumbra a mandarlo; de donde se origina la usurpación y la tiranía. Un justo celo es la garantía de la libertad republicana, y nuestros ciudadanos deben temer con sobrada justicia que el mismo magistrado que los ha mandado mucho tiempo, los mande perpetuamente” Leerían e interpretarían Chávez y Uribe esas sabias palabras. La realidad, pareciera, indicar lo contrario.
No hay peor ciego que el que no quiere ver. No hay peor sordo que el que no quiere oír y quienes desoyen los consejos de los amigos del alma, corren el riesgo de terminar muy mal. Las palabras de Lula ¿Serán un mensaje a Chávez y Uribe? Un grito a tiempo, puede salvarlos de pasar, esa rayita imperceptible, que existe entre lo sublime y lo ridículo. Dios, salve a Venezuela y Colombia, de pequeños dictadores. A buen entendedor, dirá Lula, pocas palabras.
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