“El pato es feliz en su sucio charco porque no conoce el mar”
Antoine De Saint Exupériy (1900-1944
Escritor y aviador francés.
REPRESIÓN: La que adelanta el gobierno sin detenerse a pensar las razones que pudiese tener la gente para protestar. Terrorismo de estado, violencia, amedrentamiento, fusilamiento judicial, cárcel para los inocentes y premios para los culpables. El régimen se quitó la careta. El que está con el autócrata goza de impunidad, el que disienta está condenado sin formula de juicio. El gorileti de Honduras solicita, suplica y brinda todas las condiciones para que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos visite su país, haga su trabajo en con todas las garantías y libertad, el “demócrata” de Venezuela, no le pueden mencionar esa comisión porque explota, protesta, rechaza y grita ¡Injerencia! ¿Y entonces? Lo que es igual no es trampa. ¿A que le teme? ¿Qué pretende esconder? Con o sin CIDH no puede ocultar que en el país hay violación de derechos humanos, imputados, exiliados, perseguidos y presos políticos, cierre de medios de comunicación social a granel. Eso está a la vista de todos y de esa realidad, también, está informada la comunidad internacional. Cosas y casos para coger palco, que sólo pasan en nuestro sufrido y vapuleado país. La guinda de la torta, pues
INCREÍBLE: Mientras la ciudad sufre la seguidilla de apagones, acompañada de súbitas bajadas y subidas de tensión, más tenebrosa y prolongada de su historia, lo cual crea un clima inestable para el desarrollo económico, un irreparable daño a los electrodomésticos, los alimentos se descomponen y el hampa se mueve como murciélago en la oscuridad, no atiende telefónicamente los reclamos de los suscriptores, nadie da la cara ¡y!… sorprendentemente, los que por suerte tenían electricidad en sus hogares ese día, vieron con estupefacción en las pantallas de TV, al flamante gerente técnico de CORPOELEC, muy feliz, celebrando su cumpleaños y cantando horripilantemente en la orbita de su compinche don bombillo. Un show de mal gusto que montaron y que, la gente decente que sufre la desgracia del peor servicio público que existe en la región, percibió como una burla más. ¿Cuánto pagó? ¿Quién canceló la factura? ¡Increíble! hay funcionarios públicos que pierden la impudicia y el sentido del ridículo. Cosas y casos para coger palco, que sólo pasan en nuestra sufrida y vapuleada ciudad. La guinda de la torta, pues.
JUSTIFICACIÓN: La de algunos funcionarios públicos que no pueden explicar su súbita riqueza. “Soy profesional, presidente de mi gremio, profesor universitario, además poseo una línea de taxis y una empresa de asesoría a los empresarios y comerciantes que a la sazón, tienen que rendir cuentas de sus ingresos en la dirección municipal que ostento. Eso me reporta suficientes recursos para poseer un vehículo de lujo y llevar una vida de ostentación” Excelente argumentación, pero ¿como se justifica que asesore, le lleve los libros contables y firme los estados financieros a quienes tienen que entregarlos en su dirección para los cómputos del impuesto que tienen que pagar? ¿Por qué antes, con tantos ingresos, no se le ocurrió adquirir un lujoso vehículo? Obvio, el dinero y la tos, son imposibles de esconder. Uno no cree lo ya es vox populi, pero lo ponen caprichoso. Cosas y casos para coger palco, que sólo pasan en nuestra sufrida y vapuleada ciudad. La guinda de la torta, pues.
COARTADA: La de algunos ex funcionarios que por un desgraciado accidente electoral alcanzaron cargos de elección popular, llegaron con la ambición en ristre y el hambre a cuestas, se enriquecieron, abusaron del poder, atropellaron humildes ciudadanos, violaron derechos humanos, compraron medios de comunicación social, arruinaron propiedades privadas, no atendían hombres, salvo que se pusieran falda, se creyeron dueños de la ciudad y ahora cuando el brazo largo de la justicia los medio roza, pretenden echarle la culpa de esos juicios a quienes no tienen velas que prender ni apagar en los casos que les imputan. Es la cultura del chivo expiatorio. El angelito no hizo nada, todas esas atrocidades, las adelantaron sus enemigos políticos y los ciegos de la justicia, pretenden endosárselas. En la próxima, nos cuentan una de vaqueros. Mientras tanto no olvidéis la sabia sentencia del refranero popular “A la hora de pagar nadie es tramposo” No chille familia, Sabañón dixit. Cosas y casos para coger palco, que sólo pasan en nuestra sufrida y vapuleada ciudad. La guinda de la torta, pues.
INCREÍBLE: Mientras la ciudad sufre la seguidilla de apagones, acompañada de súbitas bajadas y subidas de tensión, más tenebrosa y prolongada de su historia, lo cual crea un clima inestable para el desarrollo económico, un irreparable daño a los electrodomésticos, los alimentos se descomponen y el hampa se mueve como murciélago en la oscuridad, no atiende telefónicamente los reclamos de los suscriptores, nadie da la cara ¡y!… sorprendentemente, los que por suerte tenían electricidad en sus hogares ese día, vieron con estupefacción en las pantallas de TV, al flamante gerente técnico de CORPOELEC, muy feliz, celebrando su cumpleaños y cantando horripilantemente en la orbita de su compinche don bombillo. Un show de mal gusto que montaron y que, la gente decente que sufre la desgracia del peor servicio público que existe en la región, percibió como una burla más. ¿Cuánto pagó? ¿Quién canceló la factura? ¡Increíble! hay funcionarios públicos que pierden la impudicia y el sentido del ridículo. Cosas y casos para coger palco, que sólo pasan en nuestra sufrida y vapuleada ciudad. La guinda de la torta, pues.
JUSTIFICACIÓN: La de algunos funcionarios públicos que no pueden explicar su súbita riqueza. “Soy profesional, presidente de mi gremio, profesor universitario, además poseo una línea de taxis y una empresa de asesoría a los empresarios y comerciantes que a la sazón, tienen que rendir cuentas de sus ingresos en la dirección municipal que ostento. Eso me reporta suficientes recursos para poseer un vehículo de lujo y llevar una vida de ostentación” Excelente argumentación, pero ¿como se justifica que asesore, le lleve los libros contables y firme los estados financieros a quienes tienen que entregarlos en su dirección para los cómputos del impuesto que tienen que pagar? ¿Por qué antes, con tantos ingresos, no se le ocurrió adquirir un lujoso vehículo? Obvio, el dinero y la tos, son imposibles de esconder. Uno no cree lo ya es vox populi, pero lo ponen caprichoso. Cosas y casos para coger palco, que sólo pasan en nuestra sufrida y vapuleada ciudad. La guinda de la torta, pues.
COARTADA: La de algunos ex funcionarios que por un desgraciado accidente electoral alcanzaron cargos de elección popular, llegaron con la ambición en ristre y el hambre a cuestas, se enriquecieron, abusaron del poder, atropellaron humildes ciudadanos, violaron derechos humanos, compraron medios de comunicación social, arruinaron propiedades privadas, no atendían hombres, salvo que se pusieran falda, se creyeron dueños de la ciudad y ahora cuando el brazo largo de la justicia los medio roza, pretenden echarle la culpa de esos juicios a quienes no tienen velas que prender ni apagar en los casos que les imputan. Es la cultura del chivo expiatorio. El angelito no hizo nada, todas esas atrocidades, las adelantaron sus enemigos políticos y los ciegos de la justicia, pretenden endosárselas. En la próxima, nos cuentan una de vaqueros. Mientras tanto no olvidéis la sabia sentencia del refranero popular “A la hora de pagar nadie es tramposo” No chille familia, Sabañón dixit. Cosas y casos para coger palco, que sólo pasan en nuestra sufrida y vapuleada ciudad. La guinda de la torta, pues.
GESTO: Ell que esperan las comunidades educativas por parte de la alcaldía, la gobernación y el gobierno nacional. Pronto concluyen las vacaciones escolares y aspiran que, el alcalde y el gobernador en comandita con el Ministerio de Educación, ordenen un operativo urgente para acondicionar la infraestructura educativa de la ciudad, el estado y la nación. Históricamente, todos los gobiernos dejan esa obligatoria responsabilidad, para el momento que la chiquillería regresa a clases, lo que trae como consecuencia que el retraso del año lectivo. Es tiempo que reviertan esa perniciosa situación para beneficio de todos, de lo contrario, la desventura continuará y no habrá nada revolucionario que celebrar, mucho que lamentar y mar de la felicidad que imaginar. Hay que salir del charco de una vez por todas. Son cosas y casos para coger palco, que sólo pasan en nuestro sufrido y vapuleado país. La guinda de la torta, pues.
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