“Lo importante no es tener muchas ideas,
sino la idea oportuna en cada caso”
Juan Zorrilla de San Martín (1855-19319
Poeta y escritor Uruguayo.
En el Golfo de Venezuela, en el marco del Proyecto Gasífero Rafael Urdaneta, en la perforación de uno de los bloques, se encontró un yacimiento de gas que contiene entre 7 u 8 trillones de pies cúbicos de gas. Una cantidad colosal, quizás la más grande del mundo. El Presidente Chávez ¿sorprendido? le preguntó al gerente de la trasnacional Repsol, que adelanta los trabajos ¿Qué vamos a hacer con tanto gas? ¡Pamplinas! Con cerca de 11 años en el gobierno y todavía no sabe que hacer con la riqueza gasífera de Venezuela. Está bien lejos de la realidad que vivimos los venezolanos. Vamos a dar algunas ideas.
Lo primero es pensar como el Presidente Lula de Brasil. Encontró grandes yacimiento de Petróleo en su país y bien clarito de su realidad y de lo que tiene que hacer en beneficio de sus compatriotas, exclamó: “No vamos a actuar como los nuevos ricos y vamos a salir regalar nuestra riqueza, la vamos a invertir en el desarrollo y bienestar de los brasileros” Excelente. Esa es una posición respetable y patriótica. Con esta nueva riqueza gasífera, emule y piense como su hermano Lula. No actúe como nuevo rico y salga también a regalar el gas como ya ha regalado cantidades inmensas de petróleo. Concéntrese en invertirla en nuestra Venezuela. Todos lo celebraríamos y agradeceríamos.
Lo segundo, le quedan un poco más de 2 años en la presidencia y bastante puede avanzar en la gasificación de todas las ciudades del país. Gas doméstico e industrial para el mejoramiento de la calidad de vida de los venezolanos y apuntalar el desarrollo agroindustrial con una energía limpia y barata. ¿Qué vamos a hacer con tanto gas? Le parece poco a nuestro Presidente avanzar en la solución de ese servicio básico, fundamental para brindar la mayor suma de felicidad al pueblo que le dio la oportunidad de administrar y decidir el destino de nuestras inmensas riquezas naturales y las cuales, por añadidura, no son renovables. Es hora de sembrar el petróleo y sus derivados, pero eso sí, en territorio venezolano.
Cuando el Presidente, en medio de la euforia del hallazgo, preguntó al gerente de la trasnacional Repsol, olvidó, no está enterado o no le han informado, las penurias que sufren, los legítimos dueños de esa riqueza gasífera, para llevar un cilindro de gas, cuando lo consigue, hasta sus hogar. Hay escasez, una deficiente red de distribución que contribuye con el acaparamiento, la especulación y los altos precios. El venezolano, más despreocupado conoce esa triste realidad y no puede ser que nuestro Presidente no esté al corriente de esa dolorosa realidad. ¡Por favor avísenle! antes que se le ocurra regalarlo como regala nuestro petróleo y dólares para exportar su trasnochada, vetusta y delirante revolución. Es hora de ocuparse de Venezuela.
Lo primero es pensar como el Presidente Lula de Brasil. Encontró grandes yacimiento de Petróleo en su país y bien clarito de su realidad y de lo que tiene que hacer en beneficio de sus compatriotas, exclamó: “No vamos a actuar como los nuevos ricos y vamos a salir regalar nuestra riqueza, la vamos a invertir en el desarrollo y bienestar de los brasileros” Excelente. Esa es una posición respetable y patriótica. Con esta nueva riqueza gasífera, emule y piense como su hermano Lula. No actúe como nuevo rico y salga también a regalar el gas como ya ha regalado cantidades inmensas de petróleo. Concéntrese en invertirla en nuestra Venezuela. Todos lo celebraríamos y agradeceríamos.
Lo segundo, le quedan un poco más de 2 años en la presidencia y bastante puede avanzar en la gasificación de todas las ciudades del país. Gas doméstico e industrial para el mejoramiento de la calidad de vida de los venezolanos y apuntalar el desarrollo agroindustrial con una energía limpia y barata. ¿Qué vamos a hacer con tanto gas? Le parece poco a nuestro Presidente avanzar en la solución de ese servicio básico, fundamental para brindar la mayor suma de felicidad al pueblo que le dio la oportunidad de administrar y decidir el destino de nuestras inmensas riquezas naturales y las cuales, por añadidura, no son renovables. Es hora de sembrar el petróleo y sus derivados, pero eso sí, en territorio venezolano.
Cuando el Presidente, en medio de la euforia del hallazgo, preguntó al gerente de la trasnacional Repsol, olvidó, no está enterado o no le han informado, las penurias que sufren, los legítimos dueños de esa riqueza gasífera, para llevar un cilindro de gas, cuando lo consigue, hasta sus hogar. Hay escasez, una deficiente red de distribución que contribuye con el acaparamiento, la especulación y los altos precios. El venezolano, más despreocupado conoce esa triste realidad y no puede ser que nuestro Presidente no esté al corriente de esa dolorosa realidad. ¡Por favor avísenle! antes que se le ocurra regalarlo como regala nuestro petróleo y dólares para exportar su trasnochada, vetusta y delirante revolución. Es hora de ocuparse de Venezuela.
En estos más de 2 años que le quedan al Presidente Chávez en Miraflores, hay que exigirle que avance en la gasificación del país. Merecemos la red de gas directo doméstico e industrial. Tenemos “gas del bueno” y en cantidades ilimitadas. No hay que volverse loco. Parafraseando, al poeta del pueblo Andrés Eloy Blanco, diríamos: Aquel que no ha tenido gas y gas llega a tener loco se quiera volver. ¡No! Presidente, por un momento, piense en Venezuela y haga uso racional, útil y productivo para los venezolanos de esa inconmensurable riqueza gasífera. No invento la rueda, sólo refresco oportunamente esa idea en este caso y le rogamos: No regale nuestro gas, lo necesitamos.
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