“¿Cuál es el sueño de los que están
despiertos? La esperanza”
Carlomagno “Carlos I, el Grande” (742-814)
Monarca germano.
ESPERANZA: La que conservamos todos los habitantes de la zona sur, con relación a la construcción definitiva de la autopista Cantaura – El Tigre. Todos recordamos que en el último show dominical que realizó el Presidente Chávez desde esta ciudad, concretamente en Campo Oficina, ante el pedimento del gobernador, se comprometió a aportar los recursos del presupuesto nacional, para iniciar los trabajos inmediatamente y concluirla en un tiempo perentorio. Van más de 3 años de esa promesa y no hay movimiento que nos indique que estemos cerca de contar con tan importante arteria vial. Volvemos con la letanía porque creemos es tiempo de honrar este gran compromiso. La esperanza es la última que se pierde.
POLÍTICA: Deportiva la que tienen que diseñar las autoridades locales, regionales y nacionales. Es patético ver todos los años, a niños, adolescentes y jóvenes, que una vez logrado un campeonato que les acredita como representantes de una localidad o región para un campeonato nacional, anden en los programas de opinión pidiendo limosna para poder cubrir los gastos de viaje, estadía y retorno. Las autoridades competentes, están obligados a hacer seguimiento a los campeonatos para conocer los resultados y preveer los recursos necesario para los gastos de lo campeones y evitar esa vergüenza recurrente. Lo más patético es oír llamar a los responsables a los programas de opinión para aportar una limosnita a los equipos que lo imploran. Es hora de corregir esa irregularidad diseñando una verdadera política deportiva. La esperanza es la última que se pierde.
ALARMADOS: Obreros y empleados de la alcaldía por las deudas acumuladas: 7 cesta tickets, dotación de uniformes años 2008 y 2009, útiles escolares del año lectivo que culmina, medicinas desde el año 2006, fideicomiso desde el año 2000, dotación de juguetes de la navidad 2008 y día del niño 2009, prestaciones sociales a jubilados, pensionados y despedidos, entre otros compromisos contractuales. Entendemos que una parte son heredadas de los anteriores gobiernos, pero van cerca de 8 meses de la actual administración y los trabajadores no ven voluntad política para resolver esta grave situación. ¿Los sindicatos? bien gracias. Es tiempo de iniciar el diálogo que permita una solución concertada. La esperanza es la última que se pierde.
SENSACIÓN: Impresión de estupor, sorpresa o admiración que produce un hecho, noticia o suceso. El gobierno tiene, eso es un paso importante, la sensación que existe inseguridad en el país. Los hechos, los sucesos que conocemos a través de las noticias y la desgarradora realidad que viven diariamente y en carne propia miles de venezolanos que son víctima de la violencia con que actúa el hampa que anda con el moño suelto, ya causa estupor y sorpresa en las altas esferas del gobierno. Eso es sensacional, ¡al fin! después de cerca de 11 años, tienen la sensación que la inseguridad existe y que es verdad lo que decía JV cuando era oposición “la gente puede vivir con hambre, pero no con miedo” y que la cuestión no es mediática, es una aterradora verdad. La colectividad, espera que ahora que tienen la sensación, apliquen medidas urgentes para minimizar esa terrible realidad. La esperanza es la última que se pierde.
POLÍTICA: Deportiva la que tienen que diseñar las autoridades locales, regionales y nacionales. Es patético ver todos los años, a niños, adolescentes y jóvenes, que una vez logrado un campeonato que les acredita como representantes de una localidad o región para un campeonato nacional, anden en los programas de opinión pidiendo limosna para poder cubrir los gastos de viaje, estadía y retorno. Las autoridades competentes, están obligados a hacer seguimiento a los campeonatos para conocer los resultados y preveer los recursos necesario para los gastos de lo campeones y evitar esa vergüenza recurrente. Lo más patético es oír llamar a los responsables a los programas de opinión para aportar una limosnita a los equipos que lo imploran. Es hora de corregir esa irregularidad diseñando una verdadera política deportiva. La esperanza es la última que se pierde.
ALARMADOS: Obreros y empleados de la alcaldía por las deudas acumuladas: 7 cesta tickets, dotación de uniformes años 2008 y 2009, útiles escolares del año lectivo que culmina, medicinas desde el año 2006, fideicomiso desde el año 2000, dotación de juguetes de la navidad 2008 y día del niño 2009, prestaciones sociales a jubilados, pensionados y despedidos, entre otros compromisos contractuales. Entendemos que una parte son heredadas de los anteriores gobiernos, pero van cerca de 8 meses de la actual administración y los trabajadores no ven voluntad política para resolver esta grave situación. ¿Los sindicatos? bien gracias. Es tiempo de iniciar el diálogo que permita una solución concertada. La esperanza es la última que se pierde.
SENSACIÓN: Impresión de estupor, sorpresa o admiración que produce un hecho, noticia o suceso. El gobierno tiene, eso es un paso importante, la sensación que existe inseguridad en el país. Los hechos, los sucesos que conocemos a través de las noticias y la desgarradora realidad que viven diariamente y en carne propia miles de venezolanos que son víctima de la violencia con que actúa el hampa que anda con el moño suelto, ya causa estupor y sorpresa en las altas esferas del gobierno. Eso es sensacional, ¡al fin! después de cerca de 11 años, tienen la sensación que la inseguridad existe y que es verdad lo que decía JV cuando era oposición “la gente puede vivir con hambre, pero no con miedo” y que la cuestión no es mediática, es una aterradora verdad. La colectividad, espera que ahora que tienen la sensación, apliquen medidas urgentes para minimizar esa terrible realidad. La esperanza es la última que se pierde.
BOLÍVAR: Sus restos que deberían descansar en paz en el Panteón Nacional, estarán retorciéndose de dolor por el debilitamiento del signo monetario que lleva su nombre. El líder del proceso revolucionario que actúa y se conduce como su exegeta infalible después de su muerte, le quitó 3 ceros a la moneda y nos vendió un Bolívar tan fuerte como estaba durante la batalla de Carabobo y en pocos días nos percatamos que estamos ante un Bolívar tan débil como en Santa Marta. Este Bolívar Fuerte bolivariano y chavista, corre el riego de morir por inanición ante los vigorosos precios de los artículos de primera necesidad, bienes y servicios. El poder adquisitivo del bolívar se perdió, la reconversión monetaria fracasó y eso expresa una extrema debilidad de nuestra economía. Esperemos que el gobierno nacional, al igual que con la inseguridad, tenga esta sensación que empobrece más a los venezolanos y antes del 2012 cambie el rumbo económico y podamos disfrutar de una inflación tolerable. Soñar no cuesta nada y mientras estemos despiertos, no hay elección. La esperanza es la última que se pierde.
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