“Hace falta más valor para
sufrir que para morir”
Napoleón Bonaparte (1769-1821)
Emperador de Francia (1804-1815)
No hay victoria sin sacrificio. Ledezma utilizó una herramienta de lucha revolucionaria. Puso en riego su vida, pero demostró que la protesta pacífica funciona. En toda Venezuela, el lema que más se escuchaba era: Fuerza Ledezma…Venezuela te necesita vivo. Incuestionable su conducta. Con esa demostración de arrojo, coraje y valentía, ratificó su compromiso ético con la política y su alto sentido de la responsabilidad con quienes lo eligieron, la democracia, la libertad y todos los trabajadores venezolanos, personificados por los que prestan servicios en la Alcaldía Metropolitana. No hay un ápice de dudas. Una rutilante victoria
Estamos ante un gobierno autoritario, insensible y criminal. Ledezma salió a defender con su vida lo que por ley le corresponde a los trabajadores de la alcaldía Metropolitana. El gobierno, al ver que estaba confrontando problemas internacionales, accedió a enterar los recursos al tesoro municipal, no sin antes montar una celada. Los 2.300 reposeros que tenía contratado el anterior alcalde y a los cuales se les vencieron los contratos, los mandan a reincorporar con cancelación de salarios caídos. Un acto canallesco para no dar tregua a la persecución, hostigamiento y obstrucción a la gestión del alcalde Ledezma. Es la venganza por la derrota que les inflingió la huelga de hambre. Esa será otra batalla.
Fuerza Ledezma, la lucha continúa y Venezuela te necesita vivo, saludable y con el mismo espíritu de combate revolucionario, cívico y civilista. El sacrificio de la huelga de hambre produjo un triunfo impecable. La OEA recibirá una delegación de los alcaldes y gobernadores electos, escuchará de viva voz la burla a la voluntad popular, la persecución y acoso del cual son victimas, evaluará las violaciones a la constitución y ante esta calamitosa situación, no le quedará otra opción que nombrar una comisión de alto nivel que se traslade a nuestro país para que constate in situ la precariedad de nuestra democracia. ¡Al fin! logramos la atención de los organismos internacionales.
Hubo que recurrir a una medida de presión extrema. El sacrificio valió la pena. Los objetivos se lograron a un costo orgánico altísimo. Fue una lección de vida que une a la toda la sociedad democrática. Antonio Ledezma se ganó, el afecto, el respeto y la admiración de todo el pueblo venezolano. Opositores y oficialistas. Todos estamos claros que contamos con un líder con guáramo al cual no se le agua al guarapo a la hora de defender los valores democráticos, que está dispuesto a ofrendar su vida para que no perdamos lo poco que nos queda de democracia y libertad. Contra el poder de fuego del que hace alarde el autócrata, existen herramientas revolucionarias, mecanismos pacíficos y civilistas que lo dejan con los AK-47 al hombro.
Estamos ante un gobierno autoritario, insensible y criminal. Ledezma salió a defender con su vida lo que por ley le corresponde a los trabajadores de la alcaldía Metropolitana. El gobierno, al ver que estaba confrontando problemas internacionales, accedió a enterar los recursos al tesoro municipal, no sin antes montar una celada. Los 2.300 reposeros que tenía contratado el anterior alcalde y a los cuales se les vencieron los contratos, los mandan a reincorporar con cancelación de salarios caídos. Un acto canallesco para no dar tregua a la persecución, hostigamiento y obstrucción a la gestión del alcalde Ledezma. Es la venganza por la derrota que les inflingió la huelga de hambre. Esa será otra batalla.
Fuerza Ledezma, la lucha continúa y Venezuela te necesita vivo, saludable y con el mismo espíritu de combate revolucionario, cívico y civilista. El sacrificio de la huelga de hambre produjo un triunfo impecable. La OEA recibirá una delegación de los alcaldes y gobernadores electos, escuchará de viva voz la burla a la voluntad popular, la persecución y acoso del cual son victimas, evaluará las violaciones a la constitución y ante esta calamitosa situación, no le quedará otra opción que nombrar una comisión de alto nivel que se traslade a nuestro país para que constate in situ la precariedad de nuestra democracia. ¡Al fin! logramos la atención de los organismos internacionales.
Hubo que recurrir a una medida de presión extrema. El sacrificio valió la pena. Los objetivos se lograron a un costo orgánico altísimo. Fue una lección de vida que une a la toda la sociedad democrática. Antonio Ledezma se ganó, el afecto, el respeto y la admiración de todo el pueblo venezolano. Opositores y oficialistas. Todos estamos claros que contamos con un líder con guáramo al cual no se le agua al guarapo a la hora de defender los valores democráticos, que está dispuesto a ofrendar su vida para que no perdamos lo poco que nos queda de democracia y libertad. Contra el poder de fuego del que hace alarde el autócrata, existen herramientas revolucionarias, mecanismos pacíficos y civilistas que lo dejan con los AK-47 al hombro.
Por ahora, hay una victoria parcial de la sociedad democrática, la lucha continúa, los espacios democráticos se cierran, la libertad cada día es más precaria y hay que permanecer en batalla. Gracias a Dios Antonio Ledezma tuvo fuerza y el suficiente valor para sufrir, resistir y no murió. Está, como lo pedía el soberano, vivo y ahora más que nunca Venezuela cuenta con un líder capaz, inteligente, valiente, formado y probado en el fragor de la lucha democrática. El reconocimiento es unánime. Pónganle oído al pueblo.
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