“Tendremos el destino que
nos hayamos merecido”
Albert Einstein (1879-1955)
nos hayamos merecido”
Albert Einstein (1879-1955)
Científico estadounidense de origen alemán.
La gente en la calle no se equivocó. Nos dijo que había llegado al gobierno municipal un Rey Maula. Al rompe el pueblo identifica los pícaros, malapaga, irresponsables e indolentes. Nunca antes un gobernante local había manejado tanto dinero y a la par endeudado tan alegremente al municipio. El tiempo que es el mejor aliado de la verdad, no deja lugar a dudas y se demuestra por enésima vez que la voz del pueblo es la voz de Díos.
Los proveedores, contratistas, SSO, Ley de Política Habitacional, Cuerpo de Bomberos, compromisos contractuales, prestaciones sociales de obreros y empleados y deudas con los que hasta ayer fueron sus más cercanos y leales colaboradores son ejemplos prístinos de la acumulación de monos que explotaron la olla putrefacta. Las víctimas de la conducta inmoral del Rey Maula son en un 95% de sus tres años de desgobierno y por más que manipulen no hay forma, ni manera de evadir esa responsabilidad que es personalísima. El que la debe, tarde o temprano, tiene que pagarla.
La grosera manipulación que desde la orbita oficial intentan hacer Don Bombillo y sus mercenarios del micrófono, es pulverizada por la terquedad de los hechos. Perdieron toda credibilidad. Han ido corroyéndose en las aguas putrefactas donde los ha llevado la ambición desmedida por los dineros públicos. El Rey Maula compartió con ellos el botín de la corrupción y ahora no valen argumentos pueriles para zafarse de la responsabilidad. Con quien se comieron el pescao salao tienen que beberse el agua. No salten como las ratas.
Don Bombillo enganchó el destino de la cadena orbital a la suerte del Rey Maula. Convirtió en un partido mediático a los medios propios y los que detenta en sociedad, los metió por el callejón de la desgracia y los resultados están a la vista. El desplome es ineluctable, vergonzoso e ignominioso. Se comieron las maduritas, convirtieron el tesoro municipal en un botín y ahora que el reyezuelo cae estrepitosamente no pueden evadirse. Los espera el destino que se labraron y merecen. Unas son de cal y otras son de arena.
Uno siente pena ajena cuando en la calle, en una reunión social, en una cola bancaria, en los sitios de encuentro, los miles de acreedores, prácticamente nos imploran que utilicemos este modesto espacio para insistir en este deshonroso tema. El tipo no paga, estamos quebrados, no podemos dar la cara porque nos amenaza, nos persigue y nos aterroriza. Esa es la verdad y los hechos recientes les dan la razón. La necesidad de los ex empleados rompió el terror.
Los proveedores, contratistas, SSO, Ley de Política Habitacional, Cuerpo de Bomberos, compromisos contractuales, prestaciones sociales de obreros y empleados y deudas con los que hasta ayer fueron sus más cercanos y leales colaboradores son ejemplos prístinos de la acumulación de monos que explotaron la olla putrefacta. Las víctimas de la conducta inmoral del Rey Maula son en un 95% de sus tres años de desgobierno y por más que manipulen no hay forma, ni manera de evadir esa responsabilidad que es personalísima. El que la debe, tarde o temprano, tiene que pagarla.
La grosera manipulación que desde la orbita oficial intentan hacer Don Bombillo y sus mercenarios del micrófono, es pulverizada por la terquedad de los hechos. Perdieron toda credibilidad. Han ido corroyéndose en las aguas putrefactas donde los ha llevado la ambición desmedida por los dineros públicos. El Rey Maula compartió con ellos el botín de la corrupción y ahora no valen argumentos pueriles para zafarse de la responsabilidad. Con quien se comieron el pescao salao tienen que beberse el agua. No salten como las ratas.
Don Bombillo enganchó el destino de la cadena orbital a la suerte del Rey Maula. Convirtió en un partido mediático a los medios propios y los que detenta en sociedad, los metió por el callejón de la desgracia y los resultados están a la vista. El desplome es ineluctable, vergonzoso e ignominioso. Se comieron las maduritas, convirtieron el tesoro municipal en un botín y ahora que el reyezuelo cae estrepitosamente no pueden evadirse. Los espera el destino que se labraron y merecen. Unas son de cal y otras son de arena.
Uno siente pena ajena cuando en la calle, en una reunión social, en una cola bancaria, en los sitios de encuentro, los miles de acreedores, prácticamente nos imploran que utilicemos este modesto espacio para insistir en este deshonroso tema. El tipo no paga, estamos quebrados, no podemos dar la cara porque nos amenaza, nos persigue y nos aterroriza. Esa es la verdad y los hechos recientes les dan la razón. La necesidad de los ex empleados rompió el terror.
La grosera manipulación que hace Don Bombillo desde la orbita oficial junto a sus mercenarios del micrófono, no pudo, no puede, ni podrá ocultar la verdad. Estamos ante el gobernante más maula, irresponsable corrupto e incompetente de la historia municipal y con la huelga de hambre que se inició este martes en los pasillos de la sede del poder local se les terminó de caer la mascara. No se vayan que esto se pone bueno Buck Canel, dixit.
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