“Sin estabilidad, todo principio político
se corrompe y termina por destruirse”
Simón Bolívar.
se corrompe y termina por destruirse”
Simón Bolívar.
Hay materias urgentes que el gobierno – para brindarle la mayor suma de felicidad y estabilidad al soberano – concediéndoles primacía está obligado a abordar. La inseguridad, la inflación, la devaluación, los servicios públicos, el empleo y la seguridad social, son temas que se pueden abordar, sin ningún impedimento, en el marco de la actual y la vigente Constitucional Bolivariana de Venezuela, la mejor del mundo. No olvidéis, con la deforma constitucional, el único que soluciona un problema es Chávez. La reelección indefinida. Lo demás son puros fuegos pirotécnicos.
La gente puede vivir con hambre, pero no con miedo, nos ilustraba JVR en la cuarta república. Hoy a nueve años de gobierno revolucionario, dónde tuvo un protagonismo importante, puede decir sin temor a equivocarse, que vivimos con hambre y con miedo. En las calle la delincuencia está enseñoreada, después de las 6 de la tarde, si llegamos vivos a nuestros hogares tenemos que encancelarnos. No hay sitio seguro y hasta los miembros de los cuerpos de seguridad del estado son víctima de la salvaje inseguridad. Los que está a la vista no necesita anteojos.
La inflación y la devaluación forman un cóctel mortífero. ¿Estanflación? Los sueldos no alcanzan para satisfacer los requerimientos mínimos. El bolívar – en un gobierno bolivariano – está tan devaluado que para obtener un producto de la dieta diaria, hay que desembolsarlo en cantidades de 5 dígitos. Hay escasez, no hay producción y los mecanismo de distribución de las grandes cantidades de productos que importa el gobierno son deficientes. Existe más demanda que oferta, lo que crea un terreno fértil para los especuladores. El que tenga alguna duda que visite un mercado. La realidad es inocultable y no se resuelve con discursos antiimperialistas.
Otro tema prioritario que el gobierno tiene que abordar perentoriamente es lo relacionado con el empleo. Hay que crear condiciones para la inversión privada. Hay que establecer reglas claras a los empresarios para reactivar el aparato productivo, el único sector que crea empleo estable, bien remunerado y con posibilidades de realización del trabajador. El estado empleador, no es la solución. El gobierno, tienen que intervenir como ente regulador, pero no como interventor y es allí dónde es urgente que se apruebe la ley de seguridad social. Una legislación sólida e inalterable, crean esas condiciones óptimas avanzar con pie firme en la materia social.
El desarrollo sustentable tiene que controlar la inflación, mantener el valor del signo monetario, garantizar el abastecimiento, crear condiciones para la inversión que impulse la creación de empleos dignos y estables, aprobar una moderna legislación de seguridad social y por supuesto garantizar excelentes servicios públicos. ¿Es eso posible en el marco de la actual y vigente Constitución Bolivariana de Venezuela? Obvio ¿No le quedan 5 años que son suficiente tiempo a este gobierno para demostrar eficiencia? ¡Claro! Entonces no perdamos tiempo en deformas constitucionales y exijamos al gobierno que aborde estas materias urgentemente.
No incluyo la corrupción y la vivienda por que parecieran males endemicos de los cuales los gobiernos vernáculos no pueden sacudirse. Harina de otro costal, pero esos problemas a medida que se acrecientan son los verdaderos desestabilizadores. El gobierno esta obligado a reducirlos a su mínima expresión o terminaran por destruirlo y destruirle el sueño al líder del proceso de gobernar hasta el último hálito de vida.
La gente puede vivir con hambre, pero no con miedo, nos ilustraba JVR en la cuarta república. Hoy a nueve años de gobierno revolucionario, dónde tuvo un protagonismo importante, puede decir sin temor a equivocarse, que vivimos con hambre y con miedo. En las calle la delincuencia está enseñoreada, después de las 6 de la tarde, si llegamos vivos a nuestros hogares tenemos que encancelarnos. No hay sitio seguro y hasta los miembros de los cuerpos de seguridad del estado son víctima de la salvaje inseguridad. Los que está a la vista no necesita anteojos.
La inflación y la devaluación forman un cóctel mortífero. ¿Estanflación? Los sueldos no alcanzan para satisfacer los requerimientos mínimos. El bolívar – en un gobierno bolivariano – está tan devaluado que para obtener un producto de la dieta diaria, hay que desembolsarlo en cantidades de 5 dígitos. Hay escasez, no hay producción y los mecanismo de distribución de las grandes cantidades de productos que importa el gobierno son deficientes. Existe más demanda que oferta, lo que crea un terreno fértil para los especuladores. El que tenga alguna duda que visite un mercado. La realidad es inocultable y no se resuelve con discursos antiimperialistas.
Otro tema prioritario que el gobierno tiene que abordar perentoriamente es lo relacionado con el empleo. Hay que crear condiciones para la inversión privada. Hay que establecer reglas claras a los empresarios para reactivar el aparato productivo, el único sector que crea empleo estable, bien remunerado y con posibilidades de realización del trabajador. El estado empleador, no es la solución. El gobierno, tienen que intervenir como ente regulador, pero no como interventor y es allí dónde es urgente que se apruebe la ley de seguridad social. Una legislación sólida e inalterable, crean esas condiciones óptimas avanzar con pie firme en la materia social.
El desarrollo sustentable tiene que controlar la inflación, mantener el valor del signo monetario, garantizar el abastecimiento, crear condiciones para la inversión que impulse la creación de empleos dignos y estables, aprobar una moderna legislación de seguridad social y por supuesto garantizar excelentes servicios públicos. ¿Es eso posible en el marco de la actual y vigente Constitución Bolivariana de Venezuela? Obvio ¿No le quedan 5 años que son suficiente tiempo a este gobierno para demostrar eficiencia? ¡Claro! Entonces no perdamos tiempo en deformas constitucionales y exijamos al gobierno que aborde estas materias urgentemente.
No incluyo la corrupción y la vivienda por que parecieran males endemicos de los cuales los gobiernos vernáculos no pueden sacudirse. Harina de otro costal, pero esos problemas a medida que se acrecientan son los verdaderos desestabilizadores. El gobierno esta obligado a reducirlos a su mínima expresión o terminaran por destruirlo y destruirle el sueño al líder del proceso de gobernar hasta el último hálito de vida.
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