“Al hombre le cuesta muy poco esfuerzo atraerse la desgracia”
Menandro (343 – 290 a.C)
Filósofo griego.
Menandro (343 – 290 a.C)
Filósofo griego.
Cuando los partidos políticos democráticos están débiles, crean un terreno fértil para que los autócratas, megalómanos y caudillos, planten sus raíces profundamente, sus árboles crezcan y florezcan en todo su esplendor. En estos últimos 13 años nuestras organizaciones partidistas han mostrado esa debilidad. La criminal fragmentación de las diferentes corrientes ideológicas, que antes lucharon unidas bajo unas solas siglas, una sola bandera y unas solas propuestas, ha sido aprovechada por esta entelequia ideológica que nos desgobierna que nos ha amenazado y amenaza con liquidar el sistema de libertades que tanta sangre costó conquistar. Esos polvos fragmentarios trajeron estos lodos autocráticos.
Hay 3 corrientes ideológicas con sus diferentes interpretaciones y matices. Más son los puntos que las acercan y unen a los que la separan. No es problema la forma y manera como interpretan los dirigentes que abrazan esas corrientes ideológicas. Eso no es la tragedia. La discusión enriquece el debate y une en la diversidad. El problema surge cuando hay mucho cacique y poco indios. Los intereses en juego. La desviación del pragmatismo corruptor y se infiltran los arribistas, figurones y jaletis, sin vocación de servicio. Es la conducta y talante autocrático y poco ética, de algunos dirigentes lo que provoca las deserciones y por ende la proliferación de muchas organizaciones políticas con la misma ideología. Llega la fragmentación con su carga criminal.
En el marco de la celebración del 70 aniversario, del partido del pueblo, Antonio Ledezma que es un hombre formado democráticamente bajo las blancas banderas de Acción Democrática, partido socialdemócrata con una larga historia de luchas, propuso formalmente a su par de UNT, otra escisión del tronco primario, para que junto a ABP, volvieran a unirse y fundirse en AD y, desde la socialdemocracia, iniciar el proceso de unidad que requiere la sociedad venezolana para superar en el próximo periodo de transición democrática y empezar a predicar con el ejemplo. Un paso importante para liquidar la fragmentación. La unidad se construye con sacrificios de parte y parte. Ledezma, con la capacidad para interpretar los tiempos, dio el paso. Es hora de la unidad.
Esa necesaria unidad, no es una rendición incondicional. Es el sacrificio que todos debemos ofrendar en nombre de la patria. El momento aciago que vive Venezuela requiere que sus hombres y mujeres, sus líderes y dirigentes, sus militantes y activistas, entiendan que por encima de los intereses individuales, de grupo y de filiación política, están los supremos intereses de la nación. Hay que demostrar con hechos y no con palabras que luchamos, buscamos y propiciamos una verdadera unidad, que estamos dispuestos a cualquier sacrificio en aras de lograr ese fin común. La unidad tiene que ser afectiva y efectiva. Venezuela espera por nosotros. No la dejemos esperando.
Antonio Ledezma, lo dice y lo practica. Hay que tomarle la palabra y unificar la corriente socialdemócrata en Venezuela. No es cuestión de franquicias políticas, ni salvaguardar parcelas con fines personales o grupales. Es cuestión de actuar con grandeza ante el país. La fragmentación política es criminal. Los consecuencias nefastas están a la vista. Hay que entender el presente para asumir con éxito los retos del futuro. La propuesta está en pie. No continuemos atrayendo las desgracias.
Hay 3 corrientes ideológicas con sus diferentes interpretaciones y matices. Más son los puntos que las acercan y unen a los que la separan. No es problema la forma y manera como interpretan los dirigentes que abrazan esas corrientes ideológicas. Eso no es la tragedia. La discusión enriquece el debate y une en la diversidad. El problema surge cuando hay mucho cacique y poco indios. Los intereses en juego. La desviación del pragmatismo corruptor y se infiltran los arribistas, figurones y jaletis, sin vocación de servicio. Es la conducta y talante autocrático y poco ética, de algunos dirigentes lo que provoca las deserciones y por ende la proliferación de muchas organizaciones políticas con la misma ideología. Llega la fragmentación con su carga criminal.
En el marco de la celebración del 70 aniversario, del partido del pueblo, Antonio Ledezma que es un hombre formado democráticamente bajo las blancas banderas de Acción Democrática, partido socialdemócrata con una larga historia de luchas, propuso formalmente a su par de UNT, otra escisión del tronco primario, para que junto a ABP, volvieran a unirse y fundirse en AD y, desde la socialdemocracia, iniciar el proceso de unidad que requiere la sociedad venezolana para superar en el próximo periodo de transición democrática y empezar a predicar con el ejemplo. Un paso importante para liquidar la fragmentación. La unidad se construye con sacrificios de parte y parte. Ledezma, con la capacidad para interpretar los tiempos, dio el paso. Es hora de la unidad.
Esa necesaria unidad, no es una rendición incondicional. Es el sacrificio que todos debemos ofrendar en nombre de la patria. El momento aciago que vive Venezuela requiere que sus hombres y mujeres, sus líderes y dirigentes, sus militantes y activistas, entiendan que por encima de los intereses individuales, de grupo y de filiación política, están los supremos intereses de la nación. Hay que demostrar con hechos y no con palabras que luchamos, buscamos y propiciamos una verdadera unidad, que estamos dispuestos a cualquier sacrificio en aras de lograr ese fin común. La unidad tiene que ser afectiva y efectiva. Venezuela espera por nosotros. No la dejemos esperando.
Antonio Ledezma, lo dice y lo practica. Hay que tomarle la palabra y unificar la corriente socialdemócrata en Venezuela. No es cuestión de franquicias políticas, ni salvaguardar parcelas con fines personales o grupales. Es cuestión de actuar con grandeza ante el país. La fragmentación política es criminal. Los consecuencias nefastas están a la vista. Hay que entender el presente para asumir con éxito los retos del futuro. La propuesta está en pie. No continuemos atrayendo las desgracias.
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