“Un viajero sabio nunca desprecia su propio país”
Carlo Goldoni (1707-1793)
Comediógrafo italiano.
Carlo Goldoni (1707-1793)
Comediógrafo italiano.
Llegó el alegre viajero. Firmó 69 convenios en el exterior. En ninguno de ellos Venezuela recibe algún beneficio. Al contrario en todos el paganini es nuestro país. Petróleo barato para Bielorrusia. Compra de tanques de guerra, aviones, helicópteros artillados y casa prefabricadas. Convenio con una sola nación y una sola tecnología para, supuestamente y, en muchos años venideros, instalar reactores nucleares con la promesa de solventar el problema de electricidad. Un viaje, un gasto suntuoso, una gran vidota, una pérdida para todos los venezolanos, un desprecio más para el país y, el alegre viajero, tiene el tupé de encadenar los medios de comunicación para contarnos cuentos.
Hay que pisar tierra. Los miles de damnificados los mantienen viviendo en galpones, otros en habitaciones de hoteles confiscados. No hay soluciones habitacionales. La represa de Guri está en sus niveles óptimos. Las turbinas generadoras en su mayoría están dañadas. No existe voluntad para repararlas, mantenerlas y él cuenta cuentos nos viene con el cuento de plantas nucleares. Ese cuento, no se lo cree nadie. Las carreteras y autopistas están deteriorándose a paso de vencedores, no hay voluntad política del gobierno por detener esa tragedia nacional y, el alegre viajero, tiene el tupé de encadenar los medios de comunicación para vendernos el país de las maravillas. A otro con esos cuentos, cuenta cuentos.
El capital más sagrado e importante que puede poseer un líder político es su credibilidad. El alegre viajero la perdió por completo. Van 12 años de cháchara revolucionaria. Los resultados son nefastos. Un déficits de vivienda superior a las 2 millones de viviendas. El servicio eléctrico medio funciona porque los gobiernos de la cuarta república invirtieron en el sector y dejaron una infraestructura instalada. El servicio de CANTV que era altamente eficiente ha desmejorado ostensiblemente. Los hospitales, ambulatorios y la red de salud están en terapia intensiva. Todos los sectores educativos están en conflicto en procura de mejoras salariales y cancelación de deudas pendientes. El Metro de Caracas, otrora orgullo de los venezolanos, en estado calamitoso y, el alegre viajero, tiene el tupé de encadenar los medios de comunicación para hablarnos de las maravillas de su revolución. Un cuenta cuentos caradura.
El país se le derrumba ante sus ojos. No tiene ojos para ver lo que está a la vista. No tiene oído para escuchar el clamor y el descontento popular. No tiene olfato para oler la putrefacción en el manejo de los fondos públicos – el caso de PUDREVAL es emblemático – no tiene tino al escoger su colaboradores y, actúa con una solidaridad automática, que deja pálida a la practicada en la vituperada cuarta república. La chaveburguesía, que si tiene olfato político, ya tiene claro que este barco hace aguas y que en el 2012 se hunde. Andan llenándose a raudales y, el alegre viajero, en su vértigo estratosférico, le dispara a la burguesía y hace blanco en los trabajadores. ¡Trabajadores temblad! y tiene el tupé de encadenar los medios de comunicación, para continuar contando cuentos.
Los electores, que no comen cuentos, en diciembre del 2012, le van contar un cuentico en las urnas electorales. El 26S, le echaron un cuento, que pareciera no entendió. Fue un aldabonazo estruendoso. La gran tragedia para Venezuela, es que el cuenta cuentos, intente perpetuarse en el poder, por una vía diferente a la electoral. Ese es otro cuento. Lo que no es cuento, es que en las elecciones de diciembre del 2012, la paliza será escandalosa y se le acabará el cuento al cuenta cuentos. Anótenlo.
Hay que pisar tierra. Los miles de damnificados los mantienen viviendo en galpones, otros en habitaciones de hoteles confiscados. No hay soluciones habitacionales. La represa de Guri está en sus niveles óptimos. Las turbinas generadoras en su mayoría están dañadas. No existe voluntad para repararlas, mantenerlas y él cuenta cuentos nos viene con el cuento de plantas nucleares. Ese cuento, no se lo cree nadie. Las carreteras y autopistas están deteriorándose a paso de vencedores, no hay voluntad política del gobierno por detener esa tragedia nacional y, el alegre viajero, tiene el tupé de encadenar los medios de comunicación para vendernos el país de las maravillas. A otro con esos cuentos, cuenta cuentos.
El capital más sagrado e importante que puede poseer un líder político es su credibilidad. El alegre viajero la perdió por completo. Van 12 años de cháchara revolucionaria. Los resultados son nefastos. Un déficits de vivienda superior a las 2 millones de viviendas. El servicio eléctrico medio funciona porque los gobiernos de la cuarta república invirtieron en el sector y dejaron una infraestructura instalada. El servicio de CANTV que era altamente eficiente ha desmejorado ostensiblemente. Los hospitales, ambulatorios y la red de salud están en terapia intensiva. Todos los sectores educativos están en conflicto en procura de mejoras salariales y cancelación de deudas pendientes. El Metro de Caracas, otrora orgullo de los venezolanos, en estado calamitoso y, el alegre viajero, tiene el tupé de encadenar los medios de comunicación para hablarnos de las maravillas de su revolución. Un cuenta cuentos caradura.
El país se le derrumba ante sus ojos. No tiene ojos para ver lo que está a la vista. No tiene oído para escuchar el clamor y el descontento popular. No tiene olfato para oler la putrefacción en el manejo de los fondos públicos – el caso de PUDREVAL es emblemático – no tiene tino al escoger su colaboradores y, actúa con una solidaridad automática, que deja pálida a la practicada en la vituperada cuarta república. La chaveburguesía, que si tiene olfato político, ya tiene claro que este barco hace aguas y que en el 2012 se hunde. Andan llenándose a raudales y, el alegre viajero, en su vértigo estratosférico, le dispara a la burguesía y hace blanco en los trabajadores. ¡Trabajadores temblad! y tiene el tupé de encadenar los medios de comunicación, para continuar contando cuentos.
Los electores, que no comen cuentos, en diciembre del 2012, le van contar un cuentico en las urnas electorales. El 26S, le echaron un cuento, que pareciera no entendió. Fue un aldabonazo estruendoso. La gran tragedia para Venezuela, es que el cuenta cuentos, intente perpetuarse en el poder, por una vía diferente a la electoral. Ese es otro cuento. Lo que no es cuento, es que en las elecciones de diciembre del 2012, la paliza será escandalosa y se le acabará el cuento al cuenta cuentos. Anótenlo.
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