“El tiempo descubre la verdad” (Veritatem dies apelit)
Séneca Anneo (3 a.C.- 65 d.C.)
Filósofo latino.
Séneca Anneo (3 a.C.- 65 d.C.)
Filósofo latino.
UNO: Chávez: cuando Luís Herrera devalúo la moneda hubo una hecatombe económica. Fue una medida neoliberal, pitiyanqui, imperialista, antiobrera, hambreadora, inflacionaria, impopular y atentatoria de los intereses de las grandes mayorías. En síntesis: una desgracia. El gobierno del Presidente Chávez, ahora nos pretende convencer de que, la maxidevaluación que nos acaba de decretar después de haber despilfarrado los más fabulosos ingresos jamás soñado en nuestra historia patria, es una política económica antiimperialista, popular, que frenará la inflación, la especulación, beneficiosa para los pobres, estimula la producción, promueve las exportaciones, que fortalece el salario de los trabajadores y que es una inocente corrección cambiaria. En conclusión: una bendición de Dios que cayó sobre Venezuela ¡Albricias! para esas verdades revolucionarias.
DOS: en la mal llamada cuarta república, los gobiernos – nacional, regional y local – estaban obligados a rendir cuentas. Hasta la partida secreta fue objeto del escrutinio público “En democracia no puede haber secretos” JVR dixit. En estos 11 años de desgobierno robolucionario, la ciudadanía exige que se presenten los estados financieros del Banco Central de Venezuela, que se autorice una auditoria independiente e imparcial a PDVSA, que los resultados sean del dominio público y que el Presidente Chávez presente ante el país un balance de la millonada de dólares que ha regalado a otros países. La Caja de Pandora que se abriría dejaría abismado al venezolano más desprevenido. ¿Es secreto de estado? ¿Venezuela es una hacienda particular del autócrata? Nadie, en su sano juicio, se cree esas verdades revolucionarias.
TRES: los gobiernos democráticos, durante 40 años, con sus aciertos y errores, fueron construyendo el gran emporio industrial de Guayana. Las empresas básicas gozaron de gran prestigio nacional e internacional. Eran, para la gran mayoría de los venezolanos, la alternativa para la diversificación de las exportaciones. Puerto Ordaz, ciudad cosmopolita se convirtió en una de las más bellas, planificadas, ordenadas y mejor dotadas de servicios públicos de este continente. Hoy, a 11 años de gobierno “revolucionario” la involución, no puede ser más evidente. Quebraron, desmantelaron y están en proceso de liquidación de lo poco que queda de ellas, los trabajadores están al borde del paroxismo y la ciudad, orgullo de los venezolanos, luce en ruinas. Estos dramáticos resultados, son otra verdad revolucionaria.
CUATRO: el malestar que venía observándose soterradamente en el PSUV del municipio Simón Rodríguez y en toda la geografía del estado Anzoátegui, iniciándose en año 2010, salió a flote y ya agarró los medios de comunicación social. No hay día, hora, programa de opinión dónde no llame un chavista molesto, haciendo denuncias que dejan pálidas a las que oportunamente, seria y objetivamente, hacemos algunos dirigentes opositores. En la ciudad ya hablan de una banda organizada liderada por un “navegao” apodado el boboman y conformada por una tal águila y el memín. En los corrillos políticos y las denuncias que hacen público estos chavistas irreverentes, se dice que son tan barbarazos que a la final de este gobierno municipal – malo con ganas – hasta el queso que quedará en la mesa también se lo comerán. No hay peor cuña que la del mismo palo. Ellos son rojos rojitos y se entienden. Lo cierto del caso es que, si ellos mismos lo dicen, son inocultables e inobjetables esas verdades revolucionarias.
CINCO: el Presidente asegura que agarró el toro de la inseguridad por los cachos. La gente en la calle, ante la ola de violencia, robo, asaltos, secuestros, asesinatos, hurtos y muertes por ajustes de cuentas, las cuales se acrecientan cada hora en el país, dice con cierta ironía, que Chávez tuvo una confusión y agarró fue un burro por las orejas. Creerle al ministro petimetre responsable de la seguridad ciudadana, que los índices de inseguridad bajaron es haber perdido contacto con la realidad y dejarse meter gato por liebre con estadísticas maquilladas. Es inverosímil, pero uno no cree, que el Presidente sea tan ingenuo, para creer esas verdades nada revolucionarias ¡No importa! el tiempo y la realidad dejan al descubierto la verdad. A propósito ¿Qué será de la vida del flamante Ministro del Poder Popular para la Electricidad? ¿La cuerda reventó por lo más delgado? Pobre infeliz. La infalible verdad revolucionaria del comandante lo envió, después de electrocutarse, al basurero de la historia. Así paga el diablo.
DOS: en la mal llamada cuarta república, los gobiernos – nacional, regional y local – estaban obligados a rendir cuentas. Hasta la partida secreta fue objeto del escrutinio público “En democracia no puede haber secretos” JVR dixit. En estos 11 años de desgobierno robolucionario, la ciudadanía exige que se presenten los estados financieros del Banco Central de Venezuela, que se autorice una auditoria independiente e imparcial a PDVSA, que los resultados sean del dominio público y que el Presidente Chávez presente ante el país un balance de la millonada de dólares que ha regalado a otros países. La Caja de Pandora que se abriría dejaría abismado al venezolano más desprevenido. ¿Es secreto de estado? ¿Venezuela es una hacienda particular del autócrata? Nadie, en su sano juicio, se cree esas verdades revolucionarias.
TRES: los gobiernos democráticos, durante 40 años, con sus aciertos y errores, fueron construyendo el gran emporio industrial de Guayana. Las empresas básicas gozaron de gran prestigio nacional e internacional. Eran, para la gran mayoría de los venezolanos, la alternativa para la diversificación de las exportaciones. Puerto Ordaz, ciudad cosmopolita se convirtió en una de las más bellas, planificadas, ordenadas y mejor dotadas de servicios públicos de este continente. Hoy, a 11 años de gobierno “revolucionario” la involución, no puede ser más evidente. Quebraron, desmantelaron y están en proceso de liquidación de lo poco que queda de ellas, los trabajadores están al borde del paroxismo y la ciudad, orgullo de los venezolanos, luce en ruinas. Estos dramáticos resultados, son otra verdad revolucionaria.
CUATRO: el malestar que venía observándose soterradamente en el PSUV del municipio Simón Rodríguez y en toda la geografía del estado Anzoátegui, iniciándose en año 2010, salió a flote y ya agarró los medios de comunicación social. No hay día, hora, programa de opinión dónde no llame un chavista molesto, haciendo denuncias que dejan pálidas a las que oportunamente, seria y objetivamente, hacemos algunos dirigentes opositores. En la ciudad ya hablan de una banda organizada liderada por un “navegao” apodado el boboman y conformada por una tal águila y el memín. En los corrillos políticos y las denuncias que hacen público estos chavistas irreverentes, se dice que son tan barbarazos que a la final de este gobierno municipal – malo con ganas – hasta el queso que quedará en la mesa también se lo comerán. No hay peor cuña que la del mismo palo. Ellos son rojos rojitos y se entienden. Lo cierto del caso es que, si ellos mismos lo dicen, son inocultables e inobjetables esas verdades revolucionarias.
CINCO: el Presidente asegura que agarró el toro de la inseguridad por los cachos. La gente en la calle, ante la ola de violencia, robo, asaltos, secuestros, asesinatos, hurtos y muertes por ajustes de cuentas, las cuales se acrecientan cada hora en el país, dice con cierta ironía, que Chávez tuvo una confusión y agarró fue un burro por las orejas. Creerle al ministro petimetre responsable de la seguridad ciudadana, que los índices de inseguridad bajaron es haber perdido contacto con la realidad y dejarse meter gato por liebre con estadísticas maquilladas. Es inverosímil, pero uno no cree, que el Presidente sea tan ingenuo, para creer esas verdades nada revolucionarias ¡No importa! el tiempo y la realidad dejan al descubierto la verdad. A propósito ¿Qué será de la vida del flamante Ministro del Poder Popular para la Electricidad? ¿La cuerda reventó por lo más delgado? Pobre infeliz. La infalible verdad revolucionaria del comandante lo envió, después de electrocutarse, al basurero de la historia. Así paga el diablo.
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