“El verdadero progreso
consiste en renovarse”
Alexandre Vinet (1797-1847)
Crítico y teólogo protestante suizo.
consiste en renovarse”
Alexandre Vinet (1797-1847)
Crítico y teólogo protestante suizo.
El primer y único Plan de Desarrollo Urbano que posee la ciudad fue aprobado, en el año 1989. Tenía una proyección de 10 años para su ejecución, revisión y actualización. Van 10 años de atraso, la ciudad ha crecido anárquicamente, existen nuevas demandas, emergieron otras realidades, en fin concurren muchas exigencias, que requieren una adecuación inminente de nuestro plan de vuelo para que la nave no colapse y podamos enfrentar los retos del presente y proyectarnos hacia el futuro por un camino seguro, confiable y previsible. Es tiempo de ganarle tiempo al tiempo para renovarnos y entrar en el camino del verdadero progreso.
La actualización del Plan Local de Desarrollo Urbano se inscribe en el marco del mandato constitucional que nos ubica en una democracia participativa y protagónica. En ese sentido, estamos obligados a convocar a todos los sectores organizados de la comunidad e individualidades para que instalada la mesa técnica, puedan aportar sus ideas, propuestas e inquietudes, para que una vez que el equipo multidisciplinario, las evalúe, ajuste y plasme en una proposición global para ser discutido de nuevo por la comunidad y una vez acordadas todas las partes hacerlo ley en el municipio con la probación de la ordenanza respectiva por parte de la Cámara Municipal. Los Consejos Comunales y las actuales autoridades municipales tienen la palabra. Hay que agarrar la sartén por el mango.
Hay que ordenar el crecimiento de la ciudad, estamos obligados a regularizar el uso de cada área de la geografía urbana de la ciudad, preservar los espacios de la futura expansión. Hay que tener claro cuales son las zonas reservadas para la construcción de viviendas, los sitios para las infraestructuras de salud, educación, recreativas, deportivas, seguridad, religiosas, plazas, futuras calles, avenidas etc., y los servicios públicos en general. No descubrimos el agua tibia, estamos haciendo una propuesta realizable, objetiva, que de cristalizarse mejoraría la ciudad en todos los sentidos y mejoraríamos nuestra calidad de vida. Querer es poder y además es un mandato de la ley.
El crecimiento anárquico de la ciudad, colapsa los servicios públicos, encarece su construcción, aducción y ampliación. No permite una evaluación precisa de las demandas para cuantificarlas y tener una visión más clara para su solución. Vivimos de improvisación e improvisación, de acciones espasmódicas, los impulsos sustituyen al raciocinio, la lógica y la planificación. Avanzamos como vaya viniendo vamos viendo. Estamos a tiempo de visualizar, plasmar y ponernos de acuerdo en la ciudad que queremos, como la queremos y cómo la construiremos. Hay que poner orden en el desorden en que vivimos. Hay que estar de acuerdo en lo fundamental, no perdamos tiempo.
Lógicamente que la aprobación del Plan Local de Desarrollo Urbano, también minimiza la corrupción, porque en ese marco se puede actualizar la Planta de Valores, la conformidad de uso no tendrá espacios para las dudas y la venta de los terrenos, serían valoradas en justiprecio por lo contemplado en esa ordenanza. Esos y muchísimos otros beneficios traería la actualización de nuestro proyecto estratégico de ciudad. No perdamos de vista esta realidad y exijamos celeridad en esa impostergable tarea comunitaria. Los Consejos Comunales deben liderar ese movimiento para que sus proyectos sean incluidos y compatibilizados. Es una brillante oportunidad para renovarse.
La actualización del Plan Local de Desarrollo Urbano se inscribe en el marco del mandato constitucional que nos ubica en una democracia participativa y protagónica. En ese sentido, estamos obligados a convocar a todos los sectores organizados de la comunidad e individualidades para que instalada la mesa técnica, puedan aportar sus ideas, propuestas e inquietudes, para que una vez que el equipo multidisciplinario, las evalúe, ajuste y plasme en una proposición global para ser discutido de nuevo por la comunidad y una vez acordadas todas las partes hacerlo ley en el municipio con la probación de la ordenanza respectiva por parte de la Cámara Municipal. Los Consejos Comunales y las actuales autoridades municipales tienen la palabra. Hay que agarrar la sartén por el mango.
Hay que ordenar el crecimiento de la ciudad, estamos obligados a regularizar el uso de cada área de la geografía urbana de la ciudad, preservar los espacios de la futura expansión. Hay que tener claro cuales son las zonas reservadas para la construcción de viviendas, los sitios para las infraestructuras de salud, educación, recreativas, deportivas, seguridad, religiosas, plazas, futuras calles, avenidas etc., y los servicios públicos en general. No descubrimos el agua tibia, estamos haciendo una propuesta realizable, objetiva, que de cristalizarse mejoraría la ciudad en todos los sentidos y mejoraríamos nuestra calidad de vida. Querer es poder y además es un mandato de la ley.
El crecimiento anárquico de la ciudad, colapsa los servicios públicos, encarece su construcción, aducción y ampliación. No permite una evaluación precisa de las demandas para cuantificarlas y tener una visión más clara para su solución. Vivimos de improvisación e improvisación, de acciones espasmódicas, los impulsos sustituyen al raciocinio, la lógica y la planificación. Avanzamos como vaya viniendo vamos viendo. Estamos a tiempo de visualizar, plasmar y ponernos de acuerdo en la ciudad que queremos, como la queremos y cómo la construiremos. Hay que poner orden en el desorden en que vivimos. Hay que estar de acuerdo en lo fundamental, no perdamos tiempo.
Lógicamente que la aprobación del Plan Local de Desarrollo Urbano, también minimiza la corrupción, porque en ese marco se puede actualizar la Planta de Valores, la conformidad de uso no tendrá espacios para las dudas y la venta de los terrenos, serían valoradas en justiprecio por lo contemplado en esa ordenanza. Esos y muchísimos otros beneficios traería la actualización de nuestro proyecto estratégico de ciudad. No perdamos de vista esta realidad y exijamos celeridad en esa impostergable tarea comunitaria. Los Consejos Comunales deben liderar ese movimiento para que sus proyectos sean incluidos y compatibilizados. Es una brillante oportunidad para renovarse.
Hay que renovarse para de verdad entrar en el camino del verdadero progreso. Con la Actualización del Plan Local de Desarrollo Urbano nos estaremos renovando y adecuando a los nuevos tiempos y personajes. Escuchemos nuevas y renovadas ideas. No temamos al progreso.
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