“Cuando leemos demasiado deprisa o demasiado
despacio, no entendemos nada”
Blaise Pascal (1623-1662)
Matemático, físico y teólogo francés.
Una lectura objetiva de los resultados del 23N, nos da una proyección verosímil de lo que sucederá el 15F. El 100% del antichavismo votará por el NO, no así, todos los que votaron por el chavistas marcarán el SI. La explicación es muy sencilla. La situación que vivía la ciudad antes del 23N, obligó a muchos electores no afectos, ni cercanos al chavismo a votar, con el pañuelo en la nariz, por el candidato a alcalde rojo rojito. La razón: había que salir de la pesadilla y quien garantizaba esa posibilidad era el chavista. Eso complicó el escenario a los demás candidatos que fuimos víctimas de la polarización y el abanderado chavista – un “navegao”, ilustre desconocido y gris concejal – fue remolcado por las circunstancias especialísima de esa dolorosa situación. El resultado fue el buscado, anhelado por la mayoría y todo cambió.
Los electores de la ciudad, que saben más que corocoro frito, observaron muy bien el panorama. El candidato chavista, con el apoyo de la maquinaria electoral del PSUV, era la primera minoría. Además contaba con todos los recursos económicos y logísticos del gobierno nacional, el refuerzo incondicional del ejecutivo regional y PDVSA, lo favorecían abiertamente. Nadaba en un océano de dinero y el ventajismo fue descomunal e impune. Eso lo convirtió en la opción ante su otrora compatriota y protector, que se vendió como candidato de la oposición y aún cuando contaba con las ventajas del gobierno local, era el peor candidato por su negro historial y cometía toda suerte de horrores para no ganar. Soberbia, prepotencia, altanería, nepotismo, violación de derechos humanos, abuso, atropellos y una gestión plagada de corrupción crearon el contexto propicio para su derrota.
En ese escenario, los resultados eran previsibles y no hubo sorpresas. Ganó el chavista, a pesar de que la oposición obtuvo la mayor cantidad de votos. Hoy, el panorama es diferente, no hay candidatos, no existe la contaminación de seudos líderes, lo único que nos convoca es la patria, el elector votará para confirmar la alternabilidad en el poder, revalidar la victoria del pasado 2D-2007, ratificar la vocación democrática del pueblo, enterrar de una vez la aspiración reeleccionista del autócrata y sí, a todo esto sumamos, el pobre desempeño del gobierno local, que no recoge ni la basura, no ha detenido los niveles de corrupción, acrecienta el estado de abandono de la ciudad y para colmo de males dirige toda su acción al cobro desmedido de los impuestos municipales, mantiene a obreros y empleados descontentos ya que, no les cancela sus sueldos, salarios y demás beneficios contractuales, amén de que los obliga a asistir a actos políticos, no queda la menor duda que la victoria del NO está garantizado.
No hay que ser un eximio analista político para obtener esta evidente conclusión y vaticinar un resultado que está asegurado. Esa realidad, también servirá para que el recién electo alcalde, el entorno de aduladores que exhibe impúdicamente, abran los ojos, pisen tierra y no se metan la coba de creerse grandes líderes. No pasan de ser unos dirigentillos con pie de barro, que una desgraciada circunstancia encumbró en el gobierno local, oportunidad que si no aprovechan trabajando por y para la comunidad, más temprano que tarde serán eyectados del poder y colocados en las frías tumbas del cementerio político. A buen entendedor, pocas palabras.
Los electores de la ciudad, que saben más que corocoro frito, observaron muy bien el panorama. El candidato chavista, con el apoyo de la maquinaria electoral del PSUV, era la primera minoría. Además contaba con todos los recursos económicos y logísticos del gobierno nacional, el refuerzo incondicional del ejecutivo regional y PDVSA, lo favorecían abiertamente. Nadaba en un océano de dinero y el ventajismo fue descomunal e impune. Eso lo convirtió en la opción ante su otrora compatriota y protector, que se vendió como candidato de la oposición y aún cuando contaba con las ventajas del gobierno local, era el peor candidato por su negro historial y cometía toda suerte de horrores para no ganar. Soberbia, prepotencia, altanería, nepotismo, violación de derechos humanos, abuso, atropellos y una gestión plagada de corrupción crearon el contexto propicio para su derrota.
En ese escenario, los resultados eran previsibles y no hubo sorpresas. Ganó el chavista, a pesar de que la oposición obtuvo la mayor cantidad de votos. Hoy, el panorama es diferente, no hay candidatos, no existe la contaminación de seudos líderes, lo único que nos convoca es la patria, el elector votará para confirmar la alternabilidad en el poder, revalidar la victoria del pasado 2D-2007, ratificar la vocación democrática del pueblo, enterrar de una vez la aspiración reeleccionista del autócrata y sí, a todo esto sumamos, el pobre desempeño del gobierno local, que no recoge ni la basura, no ha detenido los niveles de corrupción, acrecienta el estado de abandono de la ciudad y para colmo de males dirige toda su acción al cobro desmedido de los impuestos municipales, mantiene a obreros y empleados descontentos ya que, no les cancela sus sueldos, salarios y demás beneficios contractuales, amén de que los obliga a asistir a actos políticos, no queda la menor duda que la victoria del NO está garantizado.
No hay que ser un eximio analista político para obtener esta evidente conclusión y vaticinar un resultado que está asegurado. Esa realidad, también servirá para que el recién electo alcalde, el entorno de aduladores que exhibe impúdicamente, abran los ojos, pisen tierra y no se metan la coba de creerse grandes líderes. No pasan de ser unos dirigentillos con pie de barro, que una desgraciada circunstancia encumbró en el gobierno local, oportunidad que si no aprovechan trabajando por y para la comunidad, más temprano que tarde serán eyectados del poder y colocados en las frías tumbas del cementerio político. A buen entendedor, pocas palabras.
Una lectura errada, como parecieran le están dando, el alcalde y su entorno de aduladores, lo coloca ante una inminente derrota y lo convierte en un excelente candidato para un referéndum revocatorio. Hay que leer al ritmo conveniente para entender bien los escenarios y los posibles resultados. Lo que está a la vista es la crónica de un triunfo arrollador de NO.
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