“Entre dos males
no elijas ninguno”
Charles Haddon Spurgeon (1834-1892)
Predicador inglés.
Una de los hechos más nocivos que ha vivido la democracia venezolana en estos 50 años de vigencia es la polarización electoral. Las situaciones las plantean en blanco y negro. No hay matices que valgan. Estás conmigo o contra mí. No hay apertura para la convivencia democrática que implica cohabitar en la diversidad y tolerar la disidencia. “No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tú derecho a expresarlo”, filosóficamente nos ilustró Voltaire. El tiempo – van 10 años – se ha encargado de ir eliminando la intolerancia y ahora cuando hay señales positivas en esa dirección, los que hasta hace poco predicaban por el respeto a los espacios para la disidencia, pretenden por razones estrictamente acomodaticias y crematísticas restablecerlas y colocarlas en el centro del debate electoral. Harakiri a la vista
En el caso de la ciudad, los áulicos parlantes tarifados, pretenden encallejonar a los electores ante dos opciones chavistas. La del Ing. Carlos Hernández que representa el chavismo puro concentrado en el PSUV y la del Lic. Ernesto Paraqueima que encarna el chavismo resentido fuera del PSUV y reducido a una entelequia de partido llamado PODEMOS. En ese escenario intentan cerrar toda posibilidad a la sociedad democrática que triunfo el 2D y tiene, en MI persona, como probado y reconocido demócrata una posibilidad de triunfo prístina, para reeditar aquella histórica victoria decembrina en El Tigre y abrir un camino de tolerancia, convivencia pacífica, dialogo, entendimiento que destierre el odio, la violencia, la violación de derechos humanos, el irrespeto y la corrupción como forma de gobierno e implemente un administración verdaderamente democrática y gobierne honestamente para todos. Evitemos del harakiri que anuncian con bombos y platillos.
¿Y las otras opciones? ¿Estamos obligados a aceptar como fatalidad la polarización electoral entre chavistas? ¿No es un crimen condenar la sociedad a una elección suicida? Nosotros, representantes de la única, autentica y verdadera oposición, los que hemos atravesado el desierto opositor durante 10 años, que nos oponemos a que se entronice el odio y la división, que luchamos y defendemos el sistema de libertades, que nos anima el deseo de servir con amplitud, tolerancia, respeto, decencia, eficiencia, diligencia y efectiva inclusión de todos los sectores de la sociedad, estamos obligados a resistirnos férreamente a la pretensión de quienes buscan la polarización para saturar sus ansías de poder omnímodo y saciar su ambiciones crematísticas. La sociedad democrática merece otra opción y nosotros se la ofrecemos para que luego no haya arrepentimientos y lágrimas de sangre. No al harakiri electoral.
Hay otras opciones frente la chavismo – no necesariamente tiene que ser las que provienen de ese tronco con las mismas desviaciones autocráticas – La sociedad democrática conoce perfectamente la realidad que estamos viviendo. El 23N tenemos la grandiosa y brillante oportunidad de darle un vuelco total al panorama electoral. Hay otros actores, otras mentalidades, existe un abanico de opciones que pueden darle diversas tonalidades al mapa político del país, que permitan luchar por la descentralización, acercar el gobierno a las comunidades, empoderar a los vecinos y evitar los gobiernos autoritarios, arbitrarios, violentos, cargados de odio y rechazar de una vez por todas las manipulaciones que pretenden encallejonar la elección entre chavistas duros y light. Eso es harakiri.
En el caso de la ciudad, los áulicos parlantes tarifados, pretenden encallejonar a los electores ante dos opciones chavistas. La del Ing. Carlos Hernández que representa el chavismo puro concentrado en el PSUV y la del Lic. Ernesto Paraqueima que encarna el chavismo resentido fuera del PSUV y reducido a una entelequia de partido llamado PODEMOS. En ese escenario intentan cerrar toda posibilidad a la sociedad democrática que triunfo el 2D y tiene, en MI persona, como probado y reconocido demócrata una posibilidad de triunfo prístina, para reeditar aquella histórica victoria decembrina en El Tigre y abrir un camino de tolerancia, convivencia pacífica, dialogo, entendimiento que destierre el odio, la violencia, la violación de derechos humanos, el irrespeto y la corrupción como forma de gobierno e implemente un administración verdaderamente democrática y gobierne honestamente para todos. Evitemos del harakiri que anuncian con bombos y platillos.
¿Y las otras opciones? ¿Estamos obligados a aceptar como fatalidad la polarización electoral entre chavistas? ¿No es un crimen condenar la sociedad a una elección suicida? Nosotros, representantes de la única, autentica y verdadera oposición, los que hemos atravesado el desierto opositor durante 10 años, que nos oponemos a que se entronice el odio y la división, que luchamos y defendemos el sistema de libertades, que nos anima el deseo de servir con amplitud, tolerancia, respeto, decencia, eficiencia, diligencia y efectiva inclusión de todos los sectores de la sociedad, estamos obligados a resistirnos férreamente a la pretensión de quienes buscan la polarización para saturar sus ansías de poder omnímodo y saciar su ambiciones crematísticas. La sociedad democrática merece otra opción y nosotros se la ofrecemos para que luego no haya arrepentimientos y lágrimas de sangre. No al harakiri electoral.
Hay otras opciones frente la chavismo – no necesariamente tiene que ser las que provienen de ese tronco con las mismas desviaciones autocráticas – La sociedad democrática conoce perfectamente la realidad que estamos viviendo. El 23N tenemos la grandiosa y brillante oportunidad de darle un vuelco total al panorama electoral. Hay otros actores, otras mentalidades, existe un abanico de opciones que pueden darle diversas tonalidades al mapa político del país, que permitan luchar por la descentralización, acercar el gobierno a las comunidades, empoderar a los vecinos y evitar los gobiernos autoritarios, arbitrarios, violentos, cargados de odio y rechazar de una vez por todas las manipulaciones que pretenden encallejonar la elección entre chavistas duros y light. Eso es harakiri.
Entre ambos males, hay otras opciones para escoger, la gente inteligente no se deja manipular, cegar y mucho menos encallejonar. La polarización electoral y el nepotismo son una inadmisible perversión que distorsiona la naturaleza del sistema democrático. No al harakiri electoral.
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