“La mejor manera de resolver los problemas
es discutiéndolos con libertad”
Thomas B. Macualay (1800-1859)
Historiador y escritor ingles.
es discutiéndolos con libertad”
Thomas B. Macualay (1800-1859)
Historiador y escritor ingles.
Cada vez que se inicia un nuevo período gubernamental crecen las expectativas y se avivan las esperanzas. Está vez, dice la gente, nuestra ciudad tiene la brillante oportunidad de que le solventen los problemas. Un alcalde de las nuevas generaciones, una Cámara Municipal totalmente remozada, apoyo popular y del sector productivo, fuerzas vivas, comunidades organizadas, identificación plena con el gobierno regional, nacional, la industria petrolera y ríos de recursos económicos para no tener excusas. El escenario servido para una gestión exitosa.
Las esperanzas y expectativas duraron muy poco. El mismo día de la instalación, el nuevo gobierno local envío señales prístinas del desorden, la violencia y la corrupción que adornarían la gestión. Un autoatentado, traslados de partidas arbitrarios violando toda normativa legal para obras suntuarias en detrimento de los sectores populares, maquillaje “por donde pasa la reina” y olvido total de los problemas más acuciantes de la ciudad, nepotismo de baja ralea y una corrupción que enseño la punta del iceberg cuando la mafia cumanesa se apoderó de la cobranza municipal. Era el principio de un final desastroso, asqueroso y nauseabundo como al que asistimos.
A medida que avanzó el tiempo, la corrupción se entronizó. Saquearon los dineros del proyecto endógeno de los pollitos bebé, compraron diarios con dineros del pueblo, aparecieron los cheques que evidenciaron la putrefacción del gobierno local y la gente quedó atónita. Llegaron con una mano adelante y otra atrás y de la noche a la mañana entraron a formar parte del selecto jet set de ricos de la comarca, exhibiéndose en lujosas flotillas de automóviles, dispendiosos festines en las mejores tascas, adquiriendo los mejores town house y viviendas en reconocidas urbanizaciones, gastando cifras mil millonarias en una publicidad engañosa y concertándose con contratistas y cadenas mediáticas para intentar ocultar el pillaje. El pueblo, que sabe más que corocoro frito, los tiene bien detectados.
El año que viene concluye la pesadilla. No se actualizó el Plan de Desarrollo Urbano Local, continuamos careciendo de gas directo, la falta de drenajes que colapsa la ciudad ante una pequeña garúa, la electricidad es una calamidad, el servicio de agua cada día es más deplorable, las calles son un desastre (La esquina de la plaza Bolívar en pare de sufrir es una muestra) hay carencia de obras elementales como las aceras, brocales y cunetas en los sectores populares, no existe un plan para la instalación de las redes de aguas servidas y electricidad y para colmo de males dónde han iniciado obras, el remedio ha resultado peor que la enfermedad. Los barrios Oficina 1 y San José son botoncitos de muestra.
Todo esto sin contar que convirtieron a la ciudad en una de las más violentas del país. Violación de derechos humanos, asesinatos extrajudiciales y el hampa con el moño suelto. Esa es la verdad que tanto les duele y como no tienen respuesta al cúmulo de problemas que están a la vista, prenden el ventilador escatológico pensando que de esa forma pueden expiar sus culpas y justificar el inmenso fracaso que mantiene incólume la deuda de muchos años tienen los gobiernos con la ciudad que ahora se acrecientan con la inmoralidad instalada en el administración local.
Las esperanzas y expectativas duraron muy poco. El mismo día de la instalación, el nuevo gobierno local envío señales prístinas del desorden, la violencia y la corrupción que adornarían la gestión. Un autoatentado, traslados de partidas arbitrarios violando toda normativa legal para obras suntuarias en detrimento de los sectores populares, maquillaje “por donde pasa la reina” y olvido total de los problemas más acuciantes de la ciudad, nepotismo de baja ralea y una corrupción que enseño la punta del iceberg cuando la mafia cumanesa se apoderó de la cobranza municipal. Era el principio de un final desastroso, asqueroso y nauseabundo como al que asistimos.
A medida que avanzó el tiempo, la corrupción se entronizó. Saquearon los dineros del proyecto endógeno de los pollitos bebé, compraron diarios con dineros del pueblo, aparecieron los cheques que evidenciaron la putrefacción del gobierno local y la gente quedó atónita. Llegaron con una mano adelante y otra atrás y de la noche a la mañana entraron a formar parte del selecto jet set de ricos de la comarca, exhibiéndose en lujosas flotillas de automóviles, dispendiosos festines en las mejores tascas, adquiriendo los mejores town house y viviendas en reconocidas urbanizaciones, gastando cifras mil millonarias en una publicidad engañosa y concertándose con contratistas y cadenas mediáticas para intentar ocultar el pillaje. El pueblo, que sabe más que corocoro frito, los tiene bien detectados.
El año que viene concluye la pesadilla. No se actualizó el Plan de Desarrollo Urbano Local, continuamos careciendo de gas directo, la falta de drenajes que colapsa la ciudad ante una pequeña garúa, la electricidad es una calamidad, el servicio de agua cada día es más deplorable, las calles son un desastre (La esquina de la plaza Bolívar en pare de sufrir es una muestra) hay carencia de obras elementales como las aceras, brocales y cunetas en los sectores populares, no existe un plan para la instalación de las redes de aguas servidas y electricidad y para colmo de males dónde han iniciado obras, el remedio ha resultado peor que la enfermedad. Los barrios Oficina 1 y San José son botoncitos de muestra.
Todo esto sin contar que convirtieron a la ciudad en una de las más violentas del país. Violación de derechos humanos, asesinatos extrajudiciales y el hampa con el moño suelto. Esa es la verdad que tanto les duele y como no tienen respuesta al cúmulo de problemas que están a la vista, prenden el ventilador escatológico pensando que de esa forma pueden expiar sus culpas y justificar el inmenso fracaso que mantiene incólume la deuda de muchos años tienen los gobiernos con la ciudad que ahora se acrecientan con la inmoralidad instalada en el administración local.
No os preocupéis, los problemas los continuaremos discutiendo con libertad a pesar de los ataques sórdidos sin bajar a la cloaca por donde circulan el Rey Maula y don Bombillo. Pero, a pesar de todo, feliz año 2008.
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