“La historia no es útil tanto por lo que nos dice del
pasado como porque en ella se lee el futuro”
Jean Baptiste Say (1767-1832)
Economista francés.
EXTREMISMOS: Globovisión enferma, dice el gobierno chavista. Por antítesis uno podría inferir, que Venezolana de Televisión cura. Ni lo uno ni lo otro. En ambos casos la situación, aún cuando al talento, lenguaje y el respeto a la ley se refiere, el canal de noticias le lleva una morena al canal secuestrado por el gobierno, ambos tienen posiciones extremistas, recalcitrantes e intransigentes. Eso es indiscutible, empero, la solución pareciera ser, bajar lo decibeles de ambos, respetar la libertad de expresión y no aplicar medidas extremas valiéndose del poder que se ostenta transitoriamente. La intolerancia también es el arma de los que no tienen razón. No olvidéis que la historia no perdona.
HIPERLIDERAZGO: el que ejerce, practica y cultiva el Presidente Chávez. Asfixió a muchos grupos electorales, políticos, sociales, militares e individualidades que lo apoyaron y se le separaron por respeto a ellos mismos. Ahora la rebelión cierra el círculo. Los pocos partidos aliados que le han soportado la autocracia, reclaman espacios para la discusión, el ejercicio de un liderazgo colectivo y empieza a oírse ese mismo clamor en las mismas filas del PSUV. El cuestionamiento, no surge de afuera, son ellos mismo que exigen la construcción del socialismo en colectivo con muchas voces. Ellos son rojos rojitos y se entienden, pero es evidente que tanto da el agua al cántaro hasta que lo rompe. No olvidéis que la historia no perdona.
DIÁSPORA: la que hasta el lunes caracterizó a los sectores de la oposición. Con la instalación de la Mesa Unitaria esa angustia ¡por fin! llegó a feliz término. En la sociedad democrática revivió la esperanza y en los sectores oficialistas cunde el nerviosismo, la angustia, la desesperación y el terror. Este año no hay elecciones, la prioridad es la gente, la agenda social y colocar sobre el tapete el grave deterioro que presentan todos los servicios públicos, la salvaje corrupción, la ineficiencia y la falta de controles que han facilitado la increíble dilapidación de más de 950 mil millones de dólares en estos 10 años de mal llamada revolución. No olvidéis, los electores y la historia, no perdonan.
INTOXICACIÓN: de poder la que es evidente en la figura del Presidente Chávez. El centralismo asfixiante ya inició el proceso de metástasis. En los servicios petroleros y conexos las confiscaciones están creando una situación insostenible desde el punto de vista socioeconómico. Las nacionalizaciones en Guayana, tiene a los trabajadores en plena ebullición y a punto de explotar. Las deudas de la industria petrolera en Anzoátegui, tiene a muchos taladros en camino a los patios. Empleados, obreros, ingresos fiscales, proveedores y comercio en general están viviendo una situación angustiosa y el centralismo no reacciona. Indiscutiblemente que el que mucho abarca poco aprieta. Esos tiempos fueron superados. No olvidéis que la historia no perdona.
HIPERLIDERAZGO: el que ejerce, practica y cultiva el Presidente Chávez. Asfixió a muchos grupos electorales, políticos, sociales, militares e individualidades que lo apoyaron y se le separaron por respeto a ellos mismos. Ahora la rebelión cierra el círculo. Los pocos partidos aliados que le han soportado la autocracia, reclaman espacios para la discusión, el ejercicio de un liderazgo colectivo y empieza a oírse ese mismo clamor en las mismas filas del PSUV. El cuestionamiento, no surge de afuera, son ellos mismo que exigen la construcción del socialismo en colectivo con muchas voces. Ellos son rojos rojitos y se entienden, pero es evidente que tanto da el agua al cántaro hasta que lo rompe. No olvidéis que la historia no perdona.
DIÁSPORA: la que hasta el lunes caracterizó a los sectores de la oposición. Con la instalación de la Mesa Unitaria esa angustia ¡por fin! llegó a feliz término. En la sociedad democrática revivió la esperanza y en los sectores oficialistas cunde el nerviosismo, la angustia, la desesperación y el terror. Este año no hay elecciones, la prioridad es la gente, la agenda social y colocar sobre el tapete el grave deterioro que presentan todos los servicios públicos, la salvaje corrupción, la ineficiencia y la falta de controles que han facilitado la increíble dilapidación de más de 950 mil millones de dólares en estos 10 años de mal llamada revolución. No olvidéis, los electores y la historia, no perdonan.
INTOXICACIÓN: de poder la que es evidente en la figura del Presidente Chávez. El centralismo asfixiante ya inició el proceso de metástasis. En los servicios petroleros y conexos las confiscaciones están creando una situación insostenible desde el punto de vista socioeconómico. Las nacionalizaciones en Guayana, tiene a los trabajadores en plena ebullición y a punto de explotar. Las deudas de la industria petrolera en Anzoátegui, tiene a muchos taladros en camino a los patios. Empleados, obreros, ingresos fiscales, proveedores y comercio en general están viviendo una situación angustiosa y el centralismo no reacciona. Indiscutiblemente que el que mucho abarca poco aprieta. Esos tiempos fueron superados. No olvidéis que la historia no perdona.
MONOTEMÁTICO: nos pueden vociferar al tratar en muchas oportunidades el mismo tema. No tenemos alternativa. El problema de la basura es también recurrente. Calles, avenidas, urbanizaciones, sectores populares y muchas áreas comunes, están permanentemente adornadas por un ramillete de bolsas de basura. Los operativos espasmódicos para las autoridades vanagloriarse que se recogieron X toneladas de desechos sólidos, no resuelven el problema de fondo. La comunidad aspira y espera pacientemente que el gobierno local, que justo es reconocer, heredo ese grave problema, le busque solución antes que sea tarde. Una de las cosas que derrotó a la pesadilla fue precisamente su ineptitud y corrupción en esa delicada materia. La experiencia reciente está a la vista. No olvidéis que la historia no perdona. Enseña del pasado y lee el futuro.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario