“De hombres es equivocarse;
de locos persistir en el error”
Marco Tulio Cicerón (106-43 a.C.)
Escritor político y orador romano.
Este 23 de noviembre el elector tiene 3 minutos para pulsar en la máquina de votación el candidato de su preferencia. Esa acción lleva implícita una importante decisión. Vamos a elegir los gobiernos y representantes más cercanos al ciudadano. Los que están obligados legal, moral y éticamente a ocuparse de los problemas cotidianos de la gente y trabajar diligentemente para buscar la solución a otros de fondo como son: agua, electricidad, cloacas, drenajes, gas directo, transporte, deporte, educación, cultura, vialidad, seguridad, actualización del Plan de Desarrollo Urbano Local, entre tantos más que requieren la concertación de esfuerzos, recursos y mucha voluntad política para abordarlos con posibilidades de éxito. ¡Cuidado con un error!
Vayamos a votar sensata, inteligente y conscientemente. Nos jugamos el futuro de la comunidad para los próximos 4 años. De ese voto depende la solución de esos y muchos otros problemas que van surgiendo por el crecimiento normal de la ciudad. Depende también que tengamos un gobierno decente, eficiente y diligente que invierta los dineros del tesoro municipal en la solución de los problemas de los tígrenses. Depende, por supuesto, que convirtamos a El Tigre en una ciudad para la vida, para la confraternidad, la concordia, la hermandad, para la paz y la amistad. Lo que está en juego no es juego, es algo muy serio y trascendental ¡Cuidado con un error!
En esos 3 minutos el elector tomará una decisión vital para los próximos 4 años. Es una decisión de suma importancia, que toca muy de cerca el futuro de la ciudad. Lo que está en juego no es solamente la elección de un alcalde, un gobernador y los diputados al Consejo Regional Legislativo. Lo que está en juego es el fortalecimiento del sistema democrático, de la libertad y la pluralidad de ideas. Está en juego la defensa de la libertad de expresión, de la descentralización de la profundización de la democracia participativa y protagónica. Tenemos en las manos la elección de los más capaces, experimentados, diligentes y luchadores con voluntad política para adelantar y defender esos principios fundamentales. ¡Cuidado con un error!
En esos 3 minutos cruciales, tenemos que afinar bien la puntería, para no auto golearnos. No podemos permitir que se cuelen nuestros verdugos con caras de yo no fui. Tampoco podemos permitir que por banda se cuelen, con los votos de la oposición los chavistas fuera del PSUV. No podemos dejar que quienes en estos últimos 4 años violaron derechos humanos, robaron el tesoro municipal, abandonaron a los más humildes, maltrataron e irrespetaron a la gente. Entendamos, los que fueron electos por los chavistas, siguen siendo chavistas agazapados que disfrutaron del chavismo durante 9 años y ahora pretenden con nuestros votos continuar el festín. NO PODEMOS aceptar semejante suicidio colectivo. ¡Cuidado con un error!
Son tres minutos para decidir: Entre la cultura de la vida y la de la muerte. Entre la alegría y las lágrimas de dolor. Entre la decencia y la indecencia. Entre el respeto y el irrespeto. Entre un servidor público y una nulidad engreída que se cree dueño de la ciudad y con derechos a disponer de la vida y los bienes de las personas a su libre albedrío. Esa es una vital decisión ¡Cuidado con un error!
Vayamos a votar sensata, inteligente y conscientemente. Nos jugamos el futuro de la comunidad para los próximos 4 años. De ese voto depende la solución de esos y muchos otros problemas que van surgiendo por el crecimiento normal de la ciudad. Depende también que tengamos un gobierno decente, eficiente y diligente que invierta los dineros del tesoro municipal en la solución de los problemas de los tígrenses. Depende, por supuesto, que convirtamos a El Tigre en una ciudad para la vida, para la confraternidad, la concordia, la hermandad, para la paz y la amistad. Lo que está en juego no es juego, es algo muy serio y trascendental ¡Cuidado con un error!
En esos 3 minutos el elector tomará una decisión vital para los próximos 4 años. Es una decisión de suma importancia, que toca muy de cerca el futuro de la ciudad. Lo que está en juego no es solamente la elección de un alcalde, un gobernador y los diputados al Consejo Regional Legislativo. Lo que está en juego es el fortalecimiento del sistema democrático, de la libertad y la pluralidad de ideas. Está en juego la defensa de la libertad de expresión, de la descentralización de la profundización de la democracia participativa y protagónica. Tenemos en las manos la elección de los más capaces, experimentados, diligentes y luchadores con voluntad política para adelantar y defender esos principios fundamentales. ¡Cuidado con un error!
En esos 3 minutos cruciales, tenemos que afinar bien la puntería, para no auto golearnos. No podemos permitir que se cuelen nuestros verdugos con caras de yo no fui. Tampoco podemos permitir que por banda se cuelen, con los votos de la oposición los chavistas fuera del PSUV. No podemos dejar que quienes en estos últimos 4 años violaron derechos humanos, robaron el tesoro municipal, abandonaron a los más humildes, maltrataron e irrespetaron a la gente. Entendamos, los que fueron electos por los chavistas, siguen siendo chavistas agazapados que disfrutaron del chavismo durante 9 años y ahora pretenden con nuestros votos continuar el festín. NO PODEMOS aceptar semejante suicidio colectivo. ¡Cuidado con un error!
Son tres minutos para decidir: Entre la cultura de la vida y la de la muerte. Entre la alegría y las lágrimas de dolor. Entre la decencia y la indecencia. Entre el respeto y el irrespeto. Entre un servidor público y una nulidad engreída que se cree dueño de la ciudad y con derechos a disponer de la vida y los bienes de las personas a su libre albedrío. Esa es una vital decisión ¡Cuidado con un error!
En fin son 3 minutos para reflexionar y no equivocarse. Van 8 años de gobiernos rojos rojitos donde los hombres y mujeres de Simón Rodríguez se han equivocado dos veces. Nadie es loco para persistir en el error. A la tercera va la vencida y no está demás repetir: ¡Cuidado con otro error!
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