“El hombre que se levanta es aún
más grande que el que no ha caído”
Concepción Arenal (1820-1893)
Pensadora española.
más grande que el que no ha caído”
Concepción Arenal (1820-1893)
Pensadora española.
Concluyó el tiempo de las palabras. Basta de hablar de los problemas. Los conocemos, vivimos, sufrimos y es hora de buscarles solución. Tenemos la experiencia, la capacidad, la formación, la mística, la seriedad, la honestidad y lo más importante: la voluntad política, para una vez en la alcaldía, no perder un minuto y empezar a trabajar sin descanso e ir venciendo las dificultades que ha quedado demostrado, las actuales autoridades, no pudieron superar por corruptos, incapaces, negligentes, indolentes e insensibles. Esa es la triste verdad y con la verdad, ni ofendo ni temo.
La solución de los problemas pasa por advertir que somos terrenales. Tratar con respeto, consideración y dignidad a todos los vecinos y autoridades que provengan de la misma fuente de legitimidad que la nuestra. Poseer capacidad para entenderse primero con los vecinos que son los dueños originarios del poder y luego, con políticas claras, proyectos bien elaborados y mejor cuantificados, buscar puntos de coincidencia con otras autoridades de todos los niveles que permitan unificar esfuerzos, recursos y voluntades, para juntos adelantarlos, ejecutarlos y concluirlos. Con este gobierno local arrogante, prepotente, altanero y desdeñoso, que pretende continuar, nunca tendremos esa posibilidad. Esa es la triste realidad y con la verdad, ni ofendo ni temo.
Es hora de que una autoridad convoque ante el caos. En esa ciclópea tarea debemos avanzar sin declararnos enemigos personales y jurados de nadie. En política se tienen adversarios políticos, diferencias de enfoque, ideología, doctrina, filosóficas y hasta de estilos, pero cuando se trata de la solución de los problemas de la comunidad y los supremos intereses de la patria, todos debemos relegar esas diferencias y ponernos de acuerdo en el fin común que es servir eficiente, decente y diligentemente. Tengo la seguridad que la gente, entonces de verdad, percibirá que somos útiles y no unos atorrantes obcecados que sólo les interesa el encumbramiento personal y familiar para continuar medrando del poder. Esa triste realidad la vivimos con este gobierno local y con la verdad, ni ofendo ni temo.
Estás elecciones del 23 de noviembre, nos brindan la brillante oportunidad de cambiar para bien. Ya basta, repito, de hablar de nuestros problemas y sucumbir ante ellos. Hay que comenzar a trabajar para solucionarlos y nosotros estamos presentando una propuesta en esa dirección. No nos creemos dueños absolutos de la verdad, mucho menos que nos la sabemos todas. Las decisiones que vamos a tomar desde el ejecutivo municipal, van a estar bien armonizadas con los sectores que serán beneficiados. Los presupuestos serán discutidos, orientados y direccionados por las comunidades organizadas, gremios profesionales y fuerzas vivas. Esa es una verdad que proponemos y con la verdad, ni ofendo ni temo.
La solución de los problemas pasa por advertir que somos terrenales. Tratar con respeto, consideración y dignidad a todos los vecinos y autoridades que provengan de la misma fuente de legitimidad que la nuestra. Poseer capacidad para entenderse primero con los vecinos que son los dueños originarios del poder y luego, con políticas claras, proyectos bien elaborados y mejor cuantificados, buscar puntos de coincidencia con otras autoridades de todos los niveles que permitan unificar esfuerzos, recursos y voluntades, para juntos adelantarlos, ejecutarlos y concluirlos. Con este gobierno local arrogante, prepotente, altanero y desdeñoso, que pretende continuar, nunca tendremos esa posibilidad. Esa es la triste realidad y con la verdad, ni ofendo ni temo.
Es hora de que una autoridad convoque ante el caos. En esa ciclópea tarea debemos avanzar sin declararnos enemigos personales y jurados de nadie. En política se tienen adversarios políticos, diferencias de enfoque, ideología, doctrina, filosóficas y hasta de estilos, pero cuando se trata de la solución de los problemas de la comunidad y los supremos intereses de la patria, todos debemos relegar esas diferencias y ponernos de acuerdo en el fin común que es servir eficiente, decente y diligentemente. Tengo la seguridad que la gente, entonces de verdad, percibirá que somos útiles y no unos atorrantes obcecados que sólo les interesa el encumbramiento personal y familiar para continuar medrando del poder. Esa triste realidad la vivimos con este gobierno local y con la verdad, ni ofendo ni temo.
Estás elecciones del 23 de noviembre, nos brindan la brillante oportunidad de cambiar para bien. Ya basta, repito, de hablar de nuestros problemas y sucumbir ante ellos. Hay que comenzar a trabajar para solucionarlos y nosotros estamos presentando una propuesta en esa dirección. No nos creemos dueños absolutos de la verdad, mucho menos que nos la sabemos todas. Las decisiones que vamos a tomar desde el ejecutivo municipal, van a estar bien armonizadas con los sectores que serán beneficiados. Los presupuestos serán discutidos, orientados y direccionados por las comunidades organizadas, gremios profesionales y fuerzas vivas. Esa es una verdad que proponemos y con la verdad, ni ofendo ni temo.
Estamos dispuestos a escuchar a todos con respeto, buscar consensos, acuerdos y entendimientos en medio de la diversidad. Hemos ganado y hemos perdido, caído y levantado y, eso nos permite poseer una probada, demostrada y calificada formación democrática para no fallar en esta hermosa tarea de trabajar decente, eficiente y diligentemente por el pueblo que nos vio nacer. Es la verdad y con la verdad, no ofendo, ni temo.
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